Luis Enrique se lanza a por su último galáctico

El Paris Saint-Germain parece no tener nunca suficiente. La millonaria inversión del equipo parisino por sus recientes estrellas parece haber sido solamente un aperitivo de un mercado de fichajes que aún tiene preparadas muchas sorpresas...

El pacto entre Mbappé y el PSG

El equipo parisino estrenó palmarés esta temporada tras vencer en la final de la Supercopa de Francia contra el Toulouse (2-0) en una noche mágica en la que Luis Enrique levantó su primer trofeo desde su llegada a la capital francesa. El PSG sigue vivo en todas las competiciones posibles gracias a la agónica clasificación en Champions, aunque busca reforzar al equipo para la recta final de la temporada.

El centro del campo se ha destacado como una de las zonas más vulnerables del equipo de Luis Enrique esta temporada. El técnico asturiano no va sobrado de efectivos en la medular, por lo que ha pedido nuevos refuerzos para encarar los partidos decisivos estos próximos meses.

El equipo parisino ha movido ficha rápidamente con la contratación de Gabriel Moscardo, centrocampista defensivo del Corinthians que debe reforzar el pivote defensivo parisino. Sin embargo, el jugador brasileño sigue arrastrando las dolencias por su reciente lesión, por lo que el técnico asturiano no le espera en los terrenos de juego hasta dentro de unos meses.

Bruno Guimarães, la solución

Las condiciones obligan, o al menos incentivan, al equipo parisino a volver a sondear el mercado en busca de nuevos nombres para reforzar la medular. El club francés ha estado valorando las posibilidades con Luis Enrique, aunque el técnico asturiano lo tiene claro: su nuevo galáctico debe ser Bruno Guimarães.

El centrocampista del Newcastle es una de las grandes sensaciones de la Premier League desde hace tiempo. Guimarães es la columna vertebral de las 'urracas', un jugador imprescindible para el equipo inglés que no quiere desprenderse de su jugador.

La cláusula del jugador se rumorea que podría estar cercana a los 115 millones de euros, una cantidad que para el equipo parisino no supondría un gran problema. Sin embargo, deberán primero sortear la tenacidad de un equipo que se resiste a vender a una de sus estrellas, un jugador imprescindible que podría tener su futuro en París.