La venta del Chelsea se encareció en el último minuto
El comprador, obligado a retener 117 millones de euros en previsión de futuros castigos financieros
El club es un activo "congelado" y puede haber más sanciones a la gestión de Roman Abramovich
El Chelsea es un caramelo con ciertas dosis de veneno para el grupo inversor, encabezado por el multimillonario estadounidense Todd Boehly, que lo acaba de adquirir.
Y es que se ha sabido de la existencia de una cláusula que obliga a retener cien millones de libras -unos 117,6 millones de euros- en previsión de futuros e hipotéticos castigos financieros por la gestión del antiguo propietario, el oligarca ruso Roman Abramovich.
Esta situación fue conocida por los nuevos 'amos' de Stamford Bridge poco antes de cerrarse la operación por un valor de más de 3.000 millones de euros, a los que se añaden unos 2.000 millones comprometidos para inversiones futuras.
Boehly y su grupo inversor dieron el OK a esta cláusula de última hora por el temor a una posible sanción, ya que los auditores de la Premier League y de la UEFA estaban en alerta. Y es que la gestión de Abramovich se comprueba con lupa a pesar de que el ruso ya no es propietario de los 'blues'.
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