El 'flop' del City, el mejor lateral izquierdo de la Premier

Ya saben que en el fútbol puede pasar de todo. Por ello es un deporte tan bonito de ver, jugar y, sobre todo, disfrutar. Cuando menos nos lo esperamos, un equipo, un jugador en concreto o, incluso, un entrenador nos puede sorprender y, por lo tanto, hacer que nuestra perspectiva hacia él cambie por completo.

Gvardiol le da la razón a Guardiola y al City le quedan dos 'finales'

Josko Gvardiol ha callado muchísimas bocas. Vayamos por partes. Primero, aterrizaba en Manchester con un 'equipaje extra', cargando el peso de haberse convertido en el central más caro de la historia de la Premier League, superando a compañeros de profesión como Harry Maguire (87M) o Virgil Van Dijk (85M). Su traspaso se cifró, pues, en 90 millones de euros.

Y, segundo, no tuvo más remedio que cambiar su demarcación sobre el césped. Pep Guardiola decidió reconvertir a uno de los centrales más jóvenes y con mayor proyección en Europa como lateral izquierdo. ¿Por qué? Solo Pep parecía - y parece - tener la respuesta.

MUY CUESTIONADO EN SU NUEVA POSICIÓN

Como era de esperar, y totalmente lógico porque empezaba a probarse en una posición completamente nueva, le costó arrancar. En labores defensivas seguía siendo un seguro de vida, pero en las ofensivas se le veían algo las costuras.

En sus etapas previas en Zagreb o Leipzig, el croata había sacado a relucir su buen trato con el balón en la salida y, claro, su máxima aportación en ataque se traducía en conducciones para superar líneas, pero poco más.

Y en sus primeros partidos con la camiseta 'cityzen' se le podía ver algo incómodo en el carril, con dificultades para sumarse al ataque y con poca claridad para resolver la jugada una vez se iba quedando sin campo por recorrer.

"Es normal, la primera temporada de la Premier League exige desafíos, habilidades y fuerza, pero hablamos y vimos muchas de sus actuaciones y lo entendió", explicaba Pep.

Pero si Guardiola decidió apostar por él y no por otro futbolista de la plantilla, por algo tenía que ser. Y Josko Gvardiol le ha terminado dando la razón.

CINCO GOLES EN SIETE PARTIDOS

Como leen. El central que llegó para ser lateral y al que muchos aficionados tildaban de 'flop' (fracaso, normalmente usado en el mundo de la música) lleva cinco goles en siete partidos. Empezó 'mojando' - y se estrenó como goleador en el equipo - con un auténtico latigazo con su pierna diestra en el Santiago Bernabéu, y desde entonces no ha podido parar.

Participó en la goleada ante el Luton Town, anotó el primero de los dos goles de su equipo en el City Ground tras rematar un córner directo al primer palo de Kevin De Bruyne, y ayer se apuntó un doblete en Craven Cottage.

Un doblete, sí. Siendo lateral izquierdo, o "el mejor extremo del planeta", según afirmó un orgullosísimo Pep una vez finalizado el partido. Porque el primero de ellos podría haber sido obra de cualquiera de los extremos del equipo. Recibió el balón abierto en banda de Aké, condujo en diagonal para realizar una pared al primer toque con Kevin, recortó hacia su pierna no tan buena una vez ingresó en el área y definió a las mil maravillas.

Mientras que el segundo lo marcó por simplemente 'estar en el momento justo y en el lugar adecuado'. Bernardo puso un centro con rosca al segundo palo y el croata fue al suelo para rematarlo e introducirlo en la portería de Leno.

EL MEJOR LATERAL IZQUIERDO DE LA PREMIER... ¿Y DE EUROPA?

No hay ningún defensa de la Premier League que haya marcado más goles en todas las competiciones en este 2024 que Josko Gvardiol (5). Encima, lo ha hecho en sus últimos siete partidos. Y su rendimiento desde que el Manchester City encadena veinte partidos sin conocer la derrota en la competición está siendo extraordinario.

Ha realizado 2,62 'tackles' cada 90 minutos desde finales de marzo - por los 1,83 que llevaba antes - y, con él en el campo, el equipo apenas encaja una media de 0,62 goles por partido. Y ha completado 391 pases en progresión hasta este último tercio de la temporada.

Y ayer, estuvo ante la oportunidad única de anotar un hat-trick, después de que el colegiado señalara la pena máxima a favor del City. Se le ofreció el balón, pero se lo dejó a Julián Álvarez. "Por supuesto que me habría gustado tirar el penalti, pero sabemos quién es el lanzador y él lo tira. Al final, fue Julián; me alegro de que marcara".

Una muestra de humildad que demuestra su profesionalidad dentro y fuera del campo. ¿A este paso, tiene techo Josko Gvardiol?