Opinión

Vitor Roque es un todo o nada

Vitor Roque, en la montaña de Montjuïc

Vitor Roque, en la montaña de Montjuïc / FCB

Tiene 18 años, juega de delantero centro y el Barça ha pagado por él 30 millones de euros que, ojalá, se conviertan en 61 millones. Eso significaría que ha jugado mucho, marcado goles, ganado títulos y se ha subido al podio del Balón de Oro. Puede que así sea. También puede que no. La realidad es que hoy Vitor Roque es, para la gran mayoría de culés, una incógnita, pero el club ha apostado fuerte por él. Ha apostado tan fuerte, invirtiendo una cantidad de dinero tan importante, que deberá rendir desde el primer día o, por lo menos, dar la sensación de que más pronto que tarde lo acabará haciendo.

Cuando una entidad como el Barça se ve obligada a cerrar ‘Barça TV’, a abandonar su servicio de taxis para la cantera o a pedir diez euros al socio si quiere el carnet físico del 125 aniversario del club a causa de sus finanzas, esperar paciencia en un fichaje de estas características es una quimera. Este tipo de operaciones han dejado de ser una apuesta para convertirse en un todo o nada, un 'all in'. Fallar está prohibido porque casos como el de Keirrison, por el que se pagaron catorce millones y ni siquiera llegó a debutar, pueden llegar a entenderse en épocas de vacas gordas, tanto en el césped como en la caja. Hoy el Barça vive una realidad muy distinta, opuesta a la del verano de 2009, semanas después de ganar su primer triplete. 

Vitor Roque con la camiseta del FC Barcelona

Vitor Roque con la camiseta del FC Barcelona / FCB

Y, sin embargo, Vitor Roque aterriza en Barcelona rodeado de un áurea de estrella salvadora que no le corresponde ni por edad ni por trayectoria. A ‘Tigrinho’ le van a pedir que siente a Lewandowski a base de goles, le van a exigir como a un futbolista hecho cuando aún no lo está. Demasiada presión para un jugador que podría estar jugando al lado de Marc Guiu, solo once meses más joven que el brasileño. 

Quienes han decidido firmar al brasileño merecen el beneficio de la duda, pero deben tener muy claro que si Vitor Roque no triunfa en el Barça nadie culpará a un jugador cuyo primer reto será superar los registros de un canterano que, en tres ratitos, suma tres goles con la primera plantilla. Nacer en Sant Celoni y llevar toda la vida en el fútbol base blaugrana sigue pesando menos que dos años en el Athletico Paranaense y mantiene a La Masia como el recurso al que acudir cuando el mercado esprohibitivo.

Comprometerse a pagar un máximo de 61 millones de euros por un futbolista brasileño del que se tienen más esperanzas que certezas, más proyección de futuro que presente, no es el mejor mensaje que se le puede dar a futbolistas como Marc Guiu, pero el negocio del fútbol debe seguir girando a base de traspasos y comisiones millonarias disimuladas entre el espectáculo ‘fast food’ de un mercado de fichajes que se consume al minuto