Vitor Roque no es ni Lewandowski ni Guiu

Vitor Roque, en una imagen con el Athletico Paranaense

Vitor Roque, en una imagen con el Athletico Paranaense / EFE

Joan Vehils

Joan Vehils

Vitor Roque es un chico feliz. A sus 18 años, además de su reciente fichaje por el Barça también está profundamente enamorado. Tanto es así que acaba de casarse con su estimada, Dayana Lins, con quien vienen de disfrutar la luna de miel. Ella ejerce de 'influencer'. Un modus vivendi muy habitual en muchas mujeres de futbolistas. Estos últimos días, sin ir más lejos, ha retransmitido su viaje de novios prácticamente en directo. Mañana, los dos aterrizarán en Barcelona donde alguien les tendrá que explicar que se han acabado las vacaciones. Al menos para él. Las paradisiacas playas de Maragogi deberán quedarse en el recuerdo. Aquí se viene a trabajar.

El internacional brasileño puede ser un buen fichaje de futuro, pero que nadie piense que es el salvador del club. Primero tendrá que adaptarse y luego mostrar su olfato goleador. Pero eso no es todo. Vitor Roque no es Lewandowski. El polaco estará en la fase final de su carrera y llevará un tiempo con más o menos acierto goleador, pero su calidad es indiscutible. Por tanto, si Vitor Roque quiere triunfar en el Barça, tendrá que demostrar que puede hacerle la competencia a 'Lewy'. Bueno a él y a Marc Guiu. El joven canterano de Granollers ha aprovechado con nota sus oportunidades. Su coste ha sido cero y su rendimiento de diez. Además, cumplirá 18 años la semana que viene, se ha formado en La Masia y no necesita que le expliquen lo que es el Barça.

Alguno puede preguntarse por qué se ficha a Roque si ya tenían a Marc Guiu. Y lleva razón. Sin embargo, en el mundo del fútbol, los clubs también deben arriesgar. El Barça pagó 30 millones más 31 pendientes en variables. No parece un chollo, pero varios equipos europeos iban detrás suyo. Veremos qué ocurre, pero del rendimiento del futbolista dependerá que la dirección deportiva quede en entredicho. A día de hoy, Roque no es ni Lewandowski ni Guiu. El problema es que la afición azulgrana va tan falta de ilusiones que se conforma con poco. No obstante, esperemos que sea la gran revolución del 2024. Al club, al equipo y a Xavi, cualquier ayuda les vendrá bien.