El oro se produce en La Masia

Leo Messi y Aitana Bonmatí, en su época de canteranos de La Masia

Leo Messi y Aitana Bonmatí, en su época de canteranos de La Masia / Barça TV

Jaume Marcet

Jaume Marcet

Aitana Bonmatí y Leo Messi tienen muchas cosas en común. Los flamantes ganadores del Balón de oro reconocieron el mérito del Barça en sus discursos. Es un hecho indiscutible que ambos se han beneficiado de los éxitos colectivos tanto de sus selecciones como del Barça para lograr estos galardones. A nivel mediático se ha incidido más en el poder de Argentina y España como campeones del mundo para justificar los dos premios. Se ha incidido, en cambio, menos en lo que ambos han logrado gracias a haber pertenecido al Barça.

Y menos aún en un detalle que no es ni menor ni anecdótico. Tanto Aitana como Leo se han formado en el fútbol base del Barça. Los dos son productos genuinos de La Masia.

Los dos representan el estilo futbolístico identitario del Barça. Messi llegó con 13 años a la cantera del Barça y Aitana ha crecido en los equipos del fútbol formativo femenino del club. Ni Aitana ni Leo responden al cánon de jugador teóricamente moderno que supera el metro y 85 centímetros y que arrolla por su físico. Este perfil de jugadores que gusta tanto en según que ambientes está a las antípodas del futbolista que se cocina en la cantera del Barça.

Aitana y Messi representan el talento, pero no es un talento salvaje que solo se expresa de manera intuitiva gracias a unas cualidades innatas. El talento de Bonmatí y de Messi es un talento mimado, potenciado y canalizado por un método que multiplica el valor de un perfil de jugadores que no tendrían cabida en otros modelos de juego.

Si el podio del balón de oro del 2010 con Messi, Iniesta y Xavi fue el mejor anuncio para La Masia este doble balón de oro masculino y femenino de dos alumnos de La Masia tendría que servir para reivindicar todavía más a la cantera del Barça como la mejor academia del mundo.

No hay otra academia en el mundo que pueda compararse a la blaugrana ni por número de futbolistas que genera ni sobre todo por el nivel de los jugadores y jugadoras que emergen del fútbol base barcelonista. ¿Se imaginan que se diría si los ganadores del balón de oro masculino y femenino se hubieran formado en la escuela del Ajax, en Lezama o en Clairefontaine? ¿Cuántos reportajes de todos los medios incidirían en el mérito de estas academias?

Las tesis doctorales sobre los secretos del éxito de estas Ciudades Deportivas serían constantes.  De La Masia y la Ciutat Esportiva Joan Gamper, fuera de Cataluña, se habla lo justo. Muchos se hartaron de escribir que el Barça de Guardiola vivía de una generación única e irrepetible y aunque tenga una parte de realidad, lo que muchos no esperaban es que La Masia lo volvería a hacer.

Además de Aitana Bonmatí las Claudia Pina, Bruna o Jana suben con mucha fuerza pero en el fútbol masculino los Gavi, Balde, Fermín, Lamine o Marc Guiu no son casualidad. Son hijos de una metodología única que marca las diferencias en el mundo del fútbol. Xavi Hernández y Jonatan Giráldez conocen el potencial y el valor de estos jugadores de La Masia y su apuesta es firme.

La foto del 2010 es irrepetible pero la del 2023 es muy potente. El relato de que el Barça es el mejor club formativo del mundo tiene que resonar más y volver a cuajar con mucha más fuerza en la opinión pública. Se habla muy poco del mérito de formar balones de oro como lo hace el Barça. La Masia es pasadopresente del Barça pero sobre todo es futuro. Hay que creérselo más y comunicarlo con total orgullo y convicción