Laporta se carga la asamblea

Laporta, durante la entrevista

Laporta, durante la entrevista / CATRADIO

Joan Vehils

Joan Vehils

Hay futbolistas que no fallan nunca en los partidos decisivos y hay presidentes, como Laporta, que se crecen ante las dificultades. El presidente del Barça salió claramente reforzado tras su entrevista en Catalunya Ràdio. Y lo hizo porque supo transmitir a los suyos aquello que querían escuchar.

O sea, que todo es culpa de Madrid. Habló de una campaña orquestada para desestabilizar al Barça, del madridismo sociológico, de que tienen pánico a que volvamos a ganar, de que quieren ensuciar el nombre del Barça o de que nos atacan porque vamos bien…

Un relato de manual. Eso sí, bien explicado. Laporta es el número uno delante de un micro. Más aún cuando juega en casa y no está alterado. De lo dicho lleva razón el presidente cuando argumenta que en Madrid solo saltan las alarmas cuando el Barça va bien.

Laporta sabe pasar por alto lo que más le perjudica mientras coloca lo que más le interesa. Fue una entrevista previsible, pero dejó recados interesantes. No esconde que tarde o temprano se volverá a abrazar a Rosell y no le preocupa en demasía las consecuencias judiciales del caso Negreira aunque es muy consciente del daño que este caso está causando a la entidad.

Eso sí, sorprende que Laporta desconozca quien fue el presidente que hizo la primera factura a Enríquez Negreira. ‘No sé si fue Núñez o Gaspart’, aseguró de manera sincera. Se emocionó pidiendo la amnistía para Puigdemont y cerró la entrevista de manera satisfecha. En definitiva, se cargó la asamblea. Los suyos ya están convencidos y Víctor Font, que actuaba justo al acabar, quedó eclipsado. Objetivo cumplido debió pensar Laporta tras abandonar la radio…

Font tiene la valentía de ser la única voz persistente de la oposición. Siempre lo hace de manera educada y por mucho que suba el tono y tenga razón en sus contenidos no logra inquietar al máximo mandatario azulgrana ni movilizar a los culés más asépticos. Laporta ganó ayer la asamblea telemática. Es más, si fuera presencial, saldría en hombros. Su poder de comunicación todavía es imbatible.