¿Hace falta un 'Wembley made in Spain'?

Vista exterior del mítico estadio de Wembley, horas antes de la final de la EURO 2022 femenina

Vista exterior del mítico estadio de Wembley, horas antes de la final de la EURO 2022 femenina / EFE

Marc Menchén

Marc Menchén

La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) anunció esta semana un plan muy mediático, pero cuyo sentido económico genera más de una y dos dudas entre los profesionales de la industria del deporte. Un Wembley español o, lo que es lo mismo, un estadio nacional para entre 30.000 y 40.000 personas. ¿El precio? Aún no se sabe, pero tenemos la referencia de los 83 millones de euros que invirtió el RCD Espanyol en su actual hogar para un recinto de dimensiones similares. ¿Es recuperable esa inversión? 

No, si nos atendemos precisamente a la evolución de la compañía que opera el mítico estadio inglés reinaugurado en 2007.

La empresa gestora de Wembley acumula unas pérdidas de más de 200 millones de euros, e incluso antes de la pandemia perdía una media superior a los 6 millones de euros anuales. Y eso que el recinto factura más de 100 millones al año y que, por su dimensión (90.000 espectadores) y ubicación (Londres es una de las grandes capitales globales del entretenimiento) es sede de múltiples conciertos de masas y acoge todos los partidos de la Selección inglesa, las finales de la Emirates FA Cup, la Carabao Cup y los playoffs de ascenso a la Championship.

Esto es lo que se espera de un recinto de ocio y entretenimiento: actividad constante y no puntual, algo que no se vislumbra con la idea planteada por Luis Rubiales. El aforo le impediría incluso poder acoger la final de la Copa del Rey, la Supercopa de España está firmada para Arabia Saudí hasta 2029 y se ha deslizado que la vocación es que la Selección siga recorriendo España, porque eso no deja de ser un negocio que la RFEF ha sabido explotar bien estos últimos años. Pensando en el Mundial 2030, el parque de estadios existente es más que suficiente. En la parte de los eventos, se antoja complicado que pueda ser un espacio capaz de competir por ubicación, prestaciones y aforo con el Santiago Bernabéu, el Cívitas Metropolitan o el Wizink Center.

La decisión final no será baladí, pues la inversión en la construcción y el mantenimiento de la misma no dejan de ser recursos que podrían ir a otros aspectos, como la promoción de las competiciones que organiza la Federación o ayudas a la profesionalización de los clubes.

Otra cuestión es que en lugar del estadio nacional se ponga el foco en una nueva ciudad deportiva, de mayor tamaño que la actual si hoy los campos existentes son insuficientes, en la que se concentre una mayor actividad federativa y de competiciones de categorías inferiores. Pero eso no requiere un Wembley español.

¡La RFEF quiere construir un estadio nacional! Esta es su propuesta...

Rubiales presentó la idea de proyecto de construir un estadio nacional / RFEF

Entre Cruyff y Putellas anda la lógica del Barça en el mundo NFT

Lejos quedan los vaticinios de que el mundo cripto haría de oro al deporte. Tras el boom inicial que sí dio mucho dinero a los que se movieron rápido, como la NBA, el mercado de los NFT -obras de arte o coleccionables digitales, por simplificar mucho- se ha estabilizado. A partir de aquí, una de las claves para clubes, competiciones y marcas es cómo realizar una aproximación correcta para sacarle el máximo partido. Y ahí el Barça creo que está acertando.

La obra digital inspirada en Johan Cruyff se vendió por 500.000 dólares hace un año y la de Alexia Putellas se acaba de colocar por más de 300.000 dólares este mismo mes. No sabemos cuál es el margen neto que le quedará al club, una vez descontada la retribución a los artistas y el coste de las experiencias físicas asociadas, pero es una fuente de ingresos que antes no existía y que la dirección ya ha convertido en recurrente. Porque la idea es que al menos se lance un NFT de este tipo cada año, manteniendo la exclusividad de cada una de las obras para alejarla del concepto cromo digital.

Para margen ya están los ‘tokens’ desarrollados con Socios, que en tres años le ha dejado 20 millones limpios al Barça, mucho más que las ganancias que genera BLM.