Opinión

El espejo de Fermín en la era de Lamine

Fermín López celebra su tanto al Valencia

Fermín López celebra su tanto al Valencia / Valentí Enrich

La temporada de Fermín López en el primer equipo del Barça da para múltiples lecturas positivas. El éxito del andaluz tiene un principal responsable, además del esfuerzo y mérito individual de Fermín, y este no es otro que Xavi Hernández. El de Terrassa ha mostrado un talento único para detectar las promesas del fútbol base que están preparadas para saltar y triunfar en la élite tengan la edad que tengan.

Fermín jugó la temporada pasada cedido en el Linares y pocos podían prever su explosión. Los casos de Lamine y Cubarsí son muy llamativos por su edad y por la valentía mostrada por el 'míster' blaugrana pero el caso de Fermín puede ser un ejemplo muy útil para más jugadores en edad formativa. Cualquier alevín o infantil del Barça sueña con ser el nuevo Lamine o Cubarsí y debutar con 16 años en el Barça pero valdría la pena que se fijaran en el ejemplo de Fermín.

La explosión del '16' del primer equipo muestra como la paciencia es un valor a reivindicar. Paciencia infinita que le sirvió para no hundirse cuando no era titular fijo en ningún equipo de la cantera del Barça. Una paciencia que también tuvieron Jordi Roura y Altimira para seguir esperando al crecimiento físico de 'Fer' sin plantearse nunca darle la baja. En el proceso de no ser titular Fermín siguió trabajando y progresando y su respuesta era aprovechar los minutos que le brindaban los entrenadores.

Otro momento de Fermín ejemplar para las nuevas generaciones fue su actitud con la cesión al Linares. Otros se hubieran acomodado y rendido pero el onubense se rebeló y con sus goles y rendimiento óptimo se ganó la vuelta al Barça.

Otro momento a marcar como imitable es cuando Xavi lo cita para la pretemporada. El 'pequeñín' se creció y se comió el césped en cada entrenamiento y partido amistoso. Así se ganó la confianza de Xavi.

FC Barcelona - Valencia: El gol de Fermín López

Una confianza que le permitió ganarse una plaza en la plantilla. Aquí hay otro ejemplo a tomar para los más jóvenes y es la manera de aprovechar cada minuto para dejarse la piel y rendir sin excusas. Ni la falta de continuidad ni de titularidades sirven para justificar ningún rendimiento discreto.

Fermín es el ejemplo de como saltar del banquillo con ilusión y ganas de comerse el mundo y rendir en las circunstancias más difíciles. Y la lección más importante que deja Fermín a todos los canteranos es que no hay que tener prisa. Si eres juvenil de segundo año y te toca repetir con el Juvenil B del Barça como hizo Fermín no pasa nada. Y si tienes 19 años y todavía no eres titular con el Juvenil A del Barça, la vida continúa.

El valor de la paciencia

Y sobre todo, lo más importante es saber que lo fundamental cuando llegas al primer equipo es estar muy bien preparado. A Fermín le ha llegado el momento con 20 años, una edad en la que ya has vivido experiencias suficientes para madurar y poder gestionar lo que supone ser jugador del primer equipo del Barça. Si con 16 o 17 años eres Lamine y Cubarsí y además de un talento innato, eres un prodigio de madurez para soportar el peso de la camiseta del Barça, genial.

Pero los aspirantes a cracks de La Masia deben saber que esto es excepcional y que el caso de Fermín es un ejemplo más terrenal sobre el que pensar. Es algo parecido a lo que sucedió en su momento con jugadores como Puyol, Pedro Rodríguez o Busquets. Todos ellos tuvieron que sumar más paciencia para triunfar que casos excepcionales de precocidad como Messi o Bojan.

Lo que está claro que para triunfar en el Barça desde la Masia no hay fórmulas mágicas ni recetas preconcebidas. Cada caso es único y cada jugador necesita unos procesos diferentes. Pero si que parece razonable situar el caso de Fermín como un ejemplo a seguir para que todas las perlas de la mejor cantera del Barça tengan claro que lo normal es sufrir y tener paciencia antes de poder triunfar.

Los Marc Bernal, Pau Prim, Unai, Guille, Ebrima y todos los excelentes jugadores que suben con fuerza de la cantera del Barça tienen un espejo en el que mirarse en la era Lamine, el espejo se llama Fermín López Marín.