Opinión

"Cu cu, Cubarsí" y un futuro esperanzador

Cubarsí, MVP

Cubarsí, MVP / FCB

El Barça ha pecado los últimos años de jugar bien durante el primer tramo de la temporada y perder fuelle en los momentos decisivos. Parece que el guion puede haber dado un vuelco. El equipo ha merodeado en el limbo del aburrimiento total y el desastre durante varios meses, pero ayer, en el partido más importante en mucho tiempo, algo mágico ocurrió.

Como si un tornado se pasease por el Estadi Olímpic, el Barça jugó los mejores minutos de la temporada o incluso, me atrevo a decir, de los últimos años. Finalmente, esa garra que tanto hemos pedido, salió de las entrañas de los jugadores, dando un autentico espectáculo de nivel y ambición que permite soñar en algo grande. Si la plantilla sale enchufada como salió ayer ante el Napoli, todo es posible, y aunque soñar con ganar la Cahmpions es algo exagerado, podemos dar por seguro que, con esta actitud, si caemos, caeremos dando guerra. Motivo de euforia es vernos en los cuartos de final, pero lo es aun más ver lo que nos espera los próximos años.

Si la mala gestión o la mala suerte no impiden lo contrario, el Barça tiene por delante un futuro esperanzador. Visto el fracaso al que nos ha llevado el despilfarro económico, ver lo que tenemos en casa -a coste cero-, da la tranquilidad de saber que el resurgir de este club está en camino. Mucho más cerca de lo que nos pensamos. De Lamine Yamal no hace falta escribir nada, el mundo sabe perfectamente que algo grande se está cocinando: tan grande es la preocupación de ciertos rivales, que solo les queda inventarse teorías de la conspiración para desestabilizar y sacar merito de esta joya en bruto formada en La Masía.

De Cubarsí queda mucha literatura deportiva por escribir. Otro jugador de la casa que hace dos días estaba disputando partidos con los juveniles y que, con sus actuaciones en Liga, pero sobretodo con la de ayer en una noche primordial para el club, ha provocado que todos los focos le enfoquen. Y merecido está. El descomunal partido, la actitud, la personalidad y esa visión del juego rozando la excelencia, hacen pensar que tenemos ante nosotros un defensa de época. El chaval, que lo lógico a su edad es que estuviese cenando con amigos o preparándose para salir de fiesta, ayer por la noche toreó con elegancia suprema a un todo terreno como Osimhen.

Tal fue la faena que en su primer partido en la máxima competición fue nombrado MVP. Y salió del estadio en volandas, con la afición puesta en pie aplaudiendo su sobresaliente actuación al grito de «CU CU CUBARSÍ» como esos toreros que reciben dos orejas y un rabo tras una exhibición. En este caso ningún animal salió herido o muerto del estadio, aunque cierto es que torear a la delantera de un equipo como el Napoli es algo tan grande como derrotar al mayor de los toros bravos.

Algunos trataran de enturbiarlo todo, pero mientras en las castillas venden humo diciendo que el que es actualmente el mejor jugador del mundo acabará vistiendo de blanco por gloria y ambición y no por lo que realmente es, por dinero, aquí la esperanza y la calidad sale de niños que han crecido en el club, chavales no solo llenos de ambición y ganas de gloria, si no que también repletos de amor por el club de su vida. Y no existe nada más bello que esto: saber que al Barça le esperan años de éxitos capitaneados por gente formada en casa, por jugadores que realmente sienten el escudo.