El Barça se aleja de su razón de ser: sus socios

Asamblea FC Barcelona

Asamblea FC Barcelona / FCB

Toni Frieros

Toni Frieros

El pasado 25 de abril, la vicepresidenta del FC Barcelona Elena Fort, junto a Jordi Portabella, compareció ante los medios de comunicación para explicar, entre otras cosas, cómo afectará a los socios y abonados el traslado al Estadi Olímpic de Montjuïc después del inicio de las obras de remodelación del Camp Nou. 

Desde ese día he hablado con una treintena de socios abonados, alguno de ellos ex directivos de la primera era de Laporta como presidente, y les doy mi palabra de honor que todos, sin excepción, están enfadados e indignados con las medidas tomadas por la actual directiva. Ninguno entiende ni aprueba la brutal subida de los abonos y mucho menos que el club se quede con la mitad del aforo, por mucha supuesta encuesta que hayan hecho.

Hoy, mañana o la semana que viene, el Barça ganará la Liga. Habrá que celebrarlo como corresponde, por todo lo alto, con rúa incluida y darle mérito que merece, pero ese título no puede ni debe tapar la realidad de la situación de un club que ya lleva tiempo alejándose de su primera y única razón de ser: sus socios.

A todas las juntas directivas les ha pasado en mayor o menor medida, si bien nadie supera a la actual. Se olvidan sus gestores que los socios no son clientes, son los dueños del club. Les guste o no. Ellos ponen (y quitan) presidentes. Por eso no tiene ningún sentido (o sí...) que un numeroso grupo de socios (muchos más, por ejemplo, de los que votaron a favor de la financiación del Espai Barça en la Asamblea), agrupados bajo el nombre ‘Àgora Blaugrana’, lleven más de un mes siendo ignorados por el club después de haber presentado una lista con 88 preguntas sobre la elección de Limak para reformar el Estadi. Solo ejercen su derecho a estar informados, a conocer la verdad, y a que se aplique eso de lo que todos presumen y casi nadie cumple: TRANSPARENCIA.

Exactamente lo mismo ocurre con el grupo liderado por el socio abonado y senador azulgrana Jaume Llopis. No van contra nadie, solo persiguen que desde el club se aclaren las dudas, más que razonables, que ha generado la financiación del Espai Barça. Por las buenas o por la malas (mucho mejor por las buenas, ¿no?) tendrán que dar todas explicaciones que les exigen sus socios.

El FC Barcelona, además, debería cuidar más y mejor su Área Social. Hay muchas quejas sobre el funcionamiento de la Oficina de Atención al Barcelonismo (OAB), claramente debilitada y sin los recursos de antaño. Por no hablar de la relación que mantienen el FC Barcelona y la Confederació Mundial de Penyes, que da para otro capítulo ya que se están saltando a la torera los estatutos del club. El acabose es que el vicepresidente del área social del FC Barcelona, Antonio Escudero, no ejerce como tal más allá de ir a una peña de vez en cuando. Sus atribuciones las desempeña Elena Fort, también responsable del Espai Barça y de la Comisión de Ética y Transparencia. A ver si al nombre de esa comisión se le saca más brillo.