¡Un año para olvidar! Los motivos del fracaso histórico de Rams

El conjunto angelino ya no tiene opciones para playoffs a falta de tres jornadas de competición por disputarse, concluyendo una más que trágica campaña

Hace tan solo nueve meses, Los Angeles Rams levantaba el trofeo Lombardi y se coronaba campeón de la Superbowl ante los Cincinnati Bengals

Los Rams son uno de los peores defensores de campeonato en la historia de la NFL

Los Rams son uno de los peores defensores de campeonato en la historia de la NFL / STACY REVERE

Nil Jaimejuan

Nil Jaimejuan

La NFL es una competición muy caprichosa. La distancia entre la gloria y la tragedia está a tan solo unas pocas yardas, y ahora son los Rams, franquicia que hace escasos nueve meses tocaba el cielo en la Superbowl, quienes están saboreando la amargura de la máxima élite del fútbol americano.

"Run it Back fue el lema estrella de los Rams en sus celebraciones del pasado campeonato de la Superbowl, tras superar a Bengals por 23 a 20 en la gran final y consolidarse como uno de los más grandes proyectos de toda la liga. Stafford, Kupp o Donald eran tan solo algunos de los jugadores de una plantilla repleta de talento , una generación que parece haber tocado fondo antes de lo esperado.

Con un balance en negativo de cuatro victorias y diez derrotas en la vigente campaña, Los Angeles se han quedado sin opciones a postemporada y se han convertido en uno de los peores defensores de campeonato en la historia de la NFL.

Tras la última derrota ante Packers en el Monday Night Football, la franquicia californiana ha sumado su primera temporada con dobles dígitos en derrotas de los últimos diez años, y ha igualado el récord de Denver Broncos como la eliminación más tempranera de playoffs para un actual campeón de la Superbowl.

La principal diferencia entre ambos equipos es que los Broncos de 1998-99 perdieron a John Elway, histórico quarterback franquicia del equipo de Colorado, tras hacerse con el anillo de campeón la anterior temporada. La línea vertebral de Rams es prácticamente idéntica, y aun quedan tres partidos para empeorar su récord y hacerse con el premio al peor de todos los tiempos.

Las claves de esta hecatombe recaen en las lesiones, una línea ofensiva desastrosa y un seguido de decisiones más que cuestionables en materia de contratos.

UNA LÍNEA OFENSIVA QUE SE CAE A PEDAZOS

Uno de los motivos que explican el mal rendimiento del equipo de Sean McVay esta temporada pasa por la protección a su quarterback, Matthew Stafford, quién ha sido capturado en 29 ocasiones en tan solo nueve partidos, unos guarismos que explican en parte el najo nivel del jugador en el césped esta temporada.

La línea ofensiva de Rams ha sido un descalabro desde la primera semana de competición, una unidad que ha sufrido bajas y lesiones notables. Andrew Whitworth, Center titular, se retiró tras más de 15 años en la NFL, y Austin Corbett, un seguro en la posición de Guard, hizo las maletas para Carolina el pasado mes de marzo.

A estas dos bajas en la offseason se le sumaron constantes lesiones de los otros titulares que conforman la línea de protección al quarterback, un hecho que ha provocado que Rams saltara al terreno de juego con jugadores prácticamente desconocidos en su fondo de armario.

El resultado de todo esto es una ofensiva angelina que se consolida como una de las peores en toda la liga. Son la última en yardas por jugada y yardas por partido, la cuarta peor en touchdowns por encuentro (1.7) y son el segundo ataque con más porcentaje de sacks recibidos de toda la NFL.

La inoperancia de los cinco hombres que conforman esta línea es uno de los motivos que explica el paupérrimo nivel de Stafford esta temporada. El año pasado estuvo entre los cinco mejores de su posición en índice de quarterback, y fue el tercer pasador con más yardas aéreas (4886) y el segundo en lanzamientos para touchdown (41).

Estas cifras contrastan radicalmente con las de esta temporada. 'Matt' tan solo acumula 2.087 yardas en las que ha completado 10 pases de touchdown, el número 27 de la liga en ambas categorías. El quarterback ha pasado de estar en el olimpo de quarterbacks al más absoluto ostracismo.

Reforzar esta unidad será una de las máximas prioridades para Les Snead, general manager de la franquicia californiana, que deberá buscar la fórmula para que Stafford no sea acribillado partido tras partido por el pass rush rival.

LESIONES Y BAJÓN DE RENDIMIENTO GENERAL

Cuando un equipo se cae de manera estrepitosa no hay tan solo un motivo que justifique esta situación, y es exactamente lo que ha pasado en los Ángeles esta temporada 2022-23.

En la vigente campaña se ha demostrado que el fondo de armario de Rams era escaso. Si bien jugadores como Donald, Ramsey, Stafford y Kupp ocupan la máxima élite del futbol americano, cuando estos han caído por diferentes motivos, no ha habido jugadores capaces de dar un paso adelante y sacar al equipo del atolladero.

Tras la marcha de Odell Beckham Jr y Robert Woods del equipo una vez conseguido el campeonato, dos seguros en la posición de receptores, Sean McVay incorporó al equipo a Allen Robinson en la agencia libre, que llegaba como uno de los mejores en su posición de toda la NFL.

Pese haber firmado un acuerdo de tres años a cambio de 46 millones de dólares, el rendimiento del ex de Bears no ha sido para nada el esperado, y su papel en el ataque angelino no ha estado más que el de un receptor de segunda fila.

Tan solo ha jugado diez partidos a causa de las lesiones, en los que Robinson no ha sido capaz de entrar en el top 100 de su posición en recepciones y yardas aéreas atrapadas. Únicamente suma tres tocuhdowns bajo la ofensiva de Rams, y Stafford no ha encontrado en él unas manos seguras a las quien pasar.

Cooper Kupp, quien fuera el MVP de la pasada Superbowl y el mejor Wide Receiver de la NFL el año pasado, ha vivido también una temporada de estragos y lesiones. Sumó tan solo 812 yardas y seis touchdowns hasta que sufrió un esguince de tobillo de tercer grado el pasado 13 de noviembre que lo ha apartado para toda la campaña.

La baja de Von Miller en la línea defensiva fue sin duda una de las peores noticias para la dirección general de Rams, ya que fue un pilar fundamental para el equipo en el último tramo de temporada y completamente decisivo en la gran final de la Superbowl, donde capturó a Burrow hasta en dos ocasiones.

Con la baja de Miller, la unidad defensiva de los Ángeles ha perdido agresividad en la presión al quarterback rival, y dos estrellas como Aaron Donald y Jalen Ramsey tampoco han podido completar grandes actuaciones. Esta defensa fue la tercera que menos puntos recibió en 2021, mientras que ahora son la número 18 en dicha estadística.

LAS ARCAS SE TAMBALEAN EN LOS ÁNGELES

Más allá de los números estrictamente deportivos, las cifras contractuales y el capital de draft tampoco auguran una reconstrucción fácil y rápida para los angelinos.

Los Rams han basado su éxito en el pasado lustro a través de hipotecar su futuro a nivel de draft, traspasando primeras y segundas rondas a cambio de estrellas y jugadores ya hechos. Dicho de otro modo, los Angeles ha priorizado el poder ganar en el presente sin pensar en el equipo del futuro.

La realidad es que el resultado de esta decisión en líneas generales es positivo, ya que el equipo tiene en sus vitrinas el trofeo Lombardi de campeones de la NFL que, al fin y al cabo, lo justifica todo. El anillo es el objetivo final y eso Rams lo ha tenido más claro que cualquier otro equipo.

¿Las consecuencias? Que en el próximo draft de 2023 el equipo no cuenta con su primera, cuarta y quinta ronda. Tampoco pudieron seleccionar a ningún jugador en la primera y segunda del año pasado, por lo que la plantilla no tiene unas bases sólidas de talento joven.

A esta falta de jugadores rookies y sophomores se le añaden los altos contratos que tiene acordados la franquicia con algunos de sus integrantes, entre los que destacan los acuerdos de Stafford (160 M /4 años), Donald (95 M / 3 años) , Ramsey (100 M / 5 años) y Kupp (80M / 3 años).

A estos se les suman otros como los contratos de Bobby Wagner, Leonard Floyd y Robinson que hacen que el 'Cap' total de la franquicia se eleve hasta los 198 millones de dólares, con tan 2,7 millones libres.

Este poco margen de maniobra hará que el front office de la franquicia trabaje lo más duro posible para encontrar soluciones a largo plazo y volver a sentar las bases de un equipo que aspire a competir más temprano que tarde.

El futuro de Rams a corto plazo no es para nada prometedor, y es posible que en la próxima offseason veamos algunos de los nombres más importantes cambiar de equipo o incluso colgar las botas. Sea como sea, ya nadie borrará de la memoria de los aficionados el anillo de campeones de la Superbowl LVI.

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