Con Florentino empezó todo: las 24 horas que marcaron el fracaso de la selección

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Florentino Pérez abusó de marca para alterar el orden de una selección armada entorno a Julen Lopetegui. El presidente del Real Madrid lo empezó todo. La traición de Zidane desarmó su proyecto y él desarmó a la roja fichando a su seleccionador. Hay maneras y maneras de atropellar y él no reparó en que su desesperación sería la de todo un país por una selección que perdió el norte el día que Lopetegui aceptó su oferta y Rubiales le despidió. La España futbolística se pregunta qué fue antes si el huevo o la gallina. En este caso fue Florentino Pérez, después Lopetegui y por último Rubiales... Y al fondo Hierro y los jugadores llorando ante la impotencia de un proyecto que se quedó a medio camino.   

La fila de fichas estaba bien colocada. Una detrás de otra. Había orden y armonía. Ilusión y expectativas. Pero nadie esperaba que Zidane desertase, que Florentino actuase contra los intereses de la selección, que Lopetegui le siguiera el juego y que Rubiales detonara la bomba. Una sucesión de acontecimientos que han despertado este lunes a la España futbolística tan defraudada como indignada.

OFERTA A DESTIEMPO

Muchos creen que Lopetegui pudo decir “no”; otros, que Rubiales pudo ponderar su despido y los más, que Florentino debió respetar el interés general por el particular. Se quedó sin recursos. Recibió calabazas de Pochettino, su favorito, Klopp, Low, Allegri e incluso de un tal Nagelsmann. Y decidió actuar mirándose el ombligo por un Real Madrid al que acuciaba la necesidad de un relevo para el francés. Y así lo cree como verbalizó en la apresurada presentación del entrenador: “Queríamos hacerlo después del Mundial, pero una serie de circunstancias han hecho que estemos ya aquí”. Quisieron culpar a Rubiales por no aceptar sus reglas.  

Una oferta que llegó a manos de Lopetegui a destiempo. Que dejó claro que “mataría” por entrenar al tricampeón de la Champions. Aceptó sin parpadear una oferta que ponía en peligro la actuación de España a dos días de empezar el Mundial. Lo demás queda para la historia. Para el análisis de cada cual. El resultado final es solo consecuencia de las malas decisiones de unos y otros. Y al final ha sido la selección la que ha pagado la cuenta.