En-Nesyri apela a la épica para rescatar un punto impensable

Sobre la bocina y de cabeza, Youssef En-Nesyri invocó la épica para rescatar un punto ante el Rayo Vallecano. El Sevilla supo reponerse de un primer tiempo para olvidar y neutralizar la ventaja de dos goles de los franjirrojos, adquirida en cuestión de cinco minutos tras dos ataques fulminantes de Óscar Valentín y Álvaro García. Nada invitaba a pensar que los de Francisco dejarían escapar los tres puntos, pero terminaron sucumbiendo ante la insistencia hispalense.

El Sevilla saltó al campo con ganas de resarcirse de sus últimos tropiezos, y no tardó en monopolizar la posesión. El Rayo, excesivamente contemplativo, no hizo el ademán de tratar de revertir esta situación inicial, como si supiese de antemano que sólo tenía que mantenerse a la espera para dar el primer golpe. Así terminó siendo.

Empate amargo en Son Moix

El primer aviso de los de Francisco llegó en forma de una peligrosa volea de Isi Palazón que obligó a Nyland a dar lo mejor de sí. El noruego se erigiría como salvador en una ocasión, pero nada pudo hacer en la segunda gran llegada de los franjirrojos.

Gudelj, con la voluntad de despejar una falta lateral, cabeceó con tan mala fortuna que el balón se estrelló contra el poste de su propia portería. El rechace en el interior del área favoreció a Óscar Valentín que, con Nyland vencido después de la primera acción, sólo tuvo que empujarla al fondo de la red para estrenar el electrónico.

El Sevilla quedó aturdido tras el primer golpe, y el segundo apenas tardó cinco minutos en llegar. Tras una desconexión por parte de la defensa, Álvaro García recibió completamente solo en el carril izquierdo, y no dudó en atacar la portería contraria. Aprovechando una salida en falso de Nyland, el extremo franjirrojo culminó la jugada con una preciosa vaselina.

Mendilibar necesitaba tocar alguna tecla, y a Fernando le tocó pagar los platos rotos. El esta noche capitán hispalense se vio obligado a dejar su lugar en el césped a Ivan Rakitic en el minuto 37. Este señalamiento público le mosqueó, y se marchó directo al túnel de vestuarios negándole el saludo a su entrenador, lo que desató una sonora pitada por parte del Sánchez Pizjuán.

Mucho tenía que remar el Sevilla si quería cambiar el rumbo del partido tras el paso por vestuarios. Sabían los hispalenses que un gol tempranero suponía dar un paso de gigante, y se volcaron ofensivamente para conseguirlo. Con Ocampos y Pedrosa sobre el césped, la mejora fue evidente, y no tardó en quedar refrendada por Sow, que irrumpió en la frontal del área para conectar un latigazo imposible para Dimitrievski.

El tanto del suizo, el primero desde que viste la elástica hispalense, dio alas a los suyos. Puntuar ya no parecía un imposible y, comandados por un enérgico Juanlu, se lanzaron en busca del tanto del empate. El peligro se concentró por el flanco derecho, zona de actuación del canterano y del recién entrado Ocampos. Se contabilizaron innumerables centros, algunos con mayor acierto que otros, pero todos con el mismo resultado. El Sevilla ladraba, pero no mordía.

A Francisco no le gustaba el frenético ritmo que estaba adquiriendo el partido, por lo que introdujo un triple cambio para cambiar las aguas. Este movimiento pareció ser suficiente para llevarse los tres puntos, pero En-Nesyri fulminó sus ilusiones. Sobre la bocina y a la salida de un córner, en lo que constituye su escenario favorito, el ariete marroquí conectó uno de sus característicos martillazos con la cabeza para establecer las tablas.