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La 'baby canarinha' pincha en el debut olímpico

La Seleçao decepcionó y fue incapaz de marcarle un solo gol a una Sudáfrica correcta, que acabó con diez. Brasil echó en falta un patrón de juego. La insistencia y la determinación de Ney no fueron suficientes para empezar con el pie derecho.

Neymar, de lo más destacado de Brasil

Neymar, de lo más destacado de Brasil / sport

Joaquim Piera. Brasilia

Un empate que tiene el mismo gusto que una derrota. La Seleçao se estrelló contra sus propias limitaciones y el tan careado tridente formado por Gabigol, Gabriel Jesus y Neymar pasó en blanco en el duelo inaugural contra Sudáfrica.

El 0-0 es un mazazo a la euforia brasileña que ya contaba en su haber con la medalla de oro antes de empezar a jugar. Brasil cuenta con el Neymar más comprometido, pero el resto del envoltorio, en lugar de ayudar, en muchas fases fue un fardo pesado para el blaugrana.

 Brasil no se encontró de inicio. Hizo un amago de salir a presionar arriba, pero luego decidió aceptar el toma y daca que le propusieron los Bafana Bafana, lo que solo provocó incertidumbre. Regalado el primer cuarto, los brasileños se hicieron con las riendas, pero no leyeron bien el partido.

Sudáfrica se cerró atrás y tuvo el mérito de crear peligro en cada contragolpe, generando lo suficiente para poder haber marcado, ya fuera en un cabezazo de Mothiba con el cancerbero Weverton saliendo a cazar mariposas (min 30) o en un trallazo de Dolly (min 34).

Lo del primer tiempo fue difícil de digerir. No hubo ni rastro de la tan pregonada Neymardependencia. Al barcelonista le dejaron desasistido por la izquierda y no le quedó otra, que buscarse la vida como si fuera un jinete solitario. Y si hay algo que le sobra al crack blaugrana son recursos técnicos en el uno contra uno. Solito se fabricó las dos oportunidades más claras de la canarinha, que acabaron con sendos lanzamientos que la manopla oportuna de Khune desvió in extremis a córner.

El tridente ofensivo brasileño hizo aguas. Hubo muy poca conexión entre Gabigol, que empezó como una exhalación y se consumió rápidamente, Gabriel Jesus, que siendo la punta de ataque no remató nada, y Ney, demasiado aislado. Los predicamentos del técnico Rogério Micale, de recuperar el ‘jogo bonito’, cayeron en un saco roto. A Brasil le faltó asociación y le sobraron pases en profundidad que no acabaron en nada.

Caso de estudio es lo de Renato Augusto, una imposición del técnico de la principal Tite como uno de los tres mayores de 23 años. Fue un cuerpo extraño, que ni creó, ni mandó, ni se entendió con nadie.   

El segundo tiempo empezó con susto para los brasileños. Dolly, el mejor de los sudafricanos, casi marca en un chute cruzado después de una muy buena triangulación dentro del área. Brasil sintió el golpe. Y los Bafana Bafana, avisaron de, nuevo, ahora con un cabezazo de Mothiba.

Para intentar arreglar el desaguisado, entró Luan (pretendido por el Barça) por Felipe Anderson. Y la canarinha se lanzó al ataque con un cuarteto de delanteros, en el momento que Mateu Lahoz expulsó justamente por doble amonestación a Mvala.

En una lucha ya contrarreloj, el blaugrana Rafinha hizo acto de presencia al entrar por el denostado Renato Augusto, que fue despedido con silbidos. Acto seguido, Brasil creó la mejor ocasión, con Luan asistió a Gabriel Jesus, que, a portería vacía, estrelló el balón al palo (min 68).

Y con Brasil hecho un manojo de nervios, emergió la figura de Ney, que se cargó el equipo a sus espaldas. Asistió hasta dos veces a Gabigol, remató con otro obús (min. 72) e intentó poner luz sin éxito. Los minutos cayeron y la ‘Baby canarinha’ no encontró la luz. El 0-0 puede interpretarse como un cortocircuito en toda regla.