Caleb Ewan vence en la tierra de Fausto Coppi

Ewan sonríe victorioso a su llegada a Novi Ligure

Ewan sonríe victorioso a su llegada a Novi Ligure / AFP

Jonathan Moreno

Caleb Ewan repitió gloria en el Giro de Italia. Si ayer no pudo rebatir la llegada inconmensurable de Arnaud Démare, el australiano le devolvió la moneda con una 'volata' de manual. Moviendo la bicicleta de lado a lado y exhibiendo potencia pese a su corta estatura. No pecó de 'pardillo' y arrancó cuando debía. El potenciómetro no alcanzaba a sumar vatios. Brazos al aire y segunda etapa al zurrón. Los grandes velocistas que se mantienen en carrera ya han doblado éxito. Todos excepto Elia Viviani, al que se le niega la sonrisa.

La Corsa Rosa honraba a Fausto Coppi. Su 'Campionissimo', su pentacampeón. Llegada en Novi Ligure, a escasos kilómetros de su Castellania natal. En la región del Piamonte. Tres italianos buscaron la gloria efímera. Frapporti, Maestri y Cima volvieron a coincidir en una escapada, como ya les sucedió en el tercer día de competición. Aunque su aventura se antojaba más por exigencias del patrocinador que por convicción. El libro de ruta no escondía ninguna emboscada y su pulso al pelotón acabó a 25 kilómetros de meta. Se dieron la manos como buenos amigos, emplazándose a otra mejor ocasión.

Y los nervios volvieron a aflorar con el grupo compacto. Las caídas han marcado psicológicamente a los ciclistas. Manos al pinganillo. Tocaba rodar en cabeza. Todos los equipos se asomaron por la parte delantera y escoltaron a sus jefes de filas hasta la zona protegida de los 3 kilómetros. A pesar de marchar a mil por hora, Christian Knees se permitió el lujo de acelerar el ritmo y buscar la 'machada'. El alemán acabó engullido por las escuadras que lanzaban el esprint. Groupama tomó las riendas, pero Ewan fue el más listo y doblegó a Démare. El francés, al menos, arrebató la 'maglia ciclamino' a un magullado Pascal Ackermann.