'Sapore' Démare en el Giro

La gloria le tocó esta vez a Arnaud Démare

La gloria le tocó esta vez a Arnaud Démare / AFP

Jonathan Moreno

Salvo dos fogonazos de Primoz Roglic y el abandono de Tom Dumoulin, la Corsa Rosa se ha instalado en la monotonía. El Giro ha apostado por un tramo inicial de competición de marcado perfil llano, en detrimento del espectáculo de otras grandes vueltas. Por desgracia, las inclemencias meteorológicas y las caídas han ofrecido el único aliciente a la competición. Los velocistas se están repartiendo la gloria. Y en Modena le tocó el turno a Arnaud Démare. El francés se estrena a lo grande en este curso, imponiéndose en la 'volata' a un desquiciado Elia Viviani. Todos los esprínters que siguen en carrera ya han 'mojado'. Todos excepto el campeón de Italia.

Como si de la serie 'Russian Doll' se tratara, se volvió a repetir hasta la extenuación el guión tantas veces visto en estos diez primeros días de competición. Luca Covili y Sho Hatsuyama aventuraron la fuga estéril del día. El pelotón les controló y les dio caza cómo y cuándo quiso. Nada nuevo bajo el sol. El día de la marmota. Incluso la jornada vivió una caída. Otra montonera en la que Pascal Ackermann, doble vencedor de etapa, salió con el costado derecho en carne viva. El del Bora no pudo disputar el triunfo.

A falta de 2 kilómetros Fran Ventoso desafió al gran grupo. El cántabro aprovechó un pequeño tramo de 'pavés' para demarrar con fuerza y abrir un pequeño hueco de seis segundos respecto al pelotón. Insuficiente para hacer saltar la banca. Al menos tuvo el coraje para intentar romper una nueva jornada de bostezos.