El Ajax de Ten Hag asienta su tiranía en la Eredivisie

A menudo la memoria es traicionera. Da la sensación, por historia y plantilla, que el dominio del Ajax en el fútbol neerlandés sea casi una rutina ancestral. Y no es así. Cuando Erik ten Hag asumió en diciembre de 2017 el banquillo ‘ajacied’, el conjunto capitalino cerró una racha de cuatro cursos sin ganar la Eredivisie. Ni siquiera rascar una Copa. Fue la dura resaca que siguió al ciclo victorioso de Frank de Boer, con cuatro ligas consecutivas. En la década anterior, entre 2001 y 2010, el Ajax conquistó en dos ocasiones el torneo de la regularidad. 

TERCERA LIGA CONSECUTIVA

Visto en perspectiva, al menos desde el cambio de milenio, lo que está haciendo el Ajax no es algo tan habitual. Tras derrotar este domingo al AZ Alkmaar por 2-0 con un doblete de Davy Klaassen, el conjunto de Ten Hag se proclamó campeón virtual de la Eredivisie. A falta de cuatro jornadas aventaja en doce puntos al PSV, con una diferencia global de 33 goles a favor.

Bastará con sumar un punto este domingo ante el Emmen para cantar el alirón. El tercero de forma consecutiva, pleno en las tres temporadas completas que Ten Hag ha disputado en Ámsterdam. Desde el 2000, el único precedente es el ya citado de De Boer. También el PSV ganó cuatro ligas seguidas entre 2003 y 2007, pero con tres entrenadores diferentes.

Por si fuera poco, el Ajax conquistó el 18 de abril la Copa de los Países Bajos al derrotar al Vitesse por 2-1 con goles de Gravenberch y Neres. Un título que también se marchó para Ámsterdan en el primer curso entero de Ten Hag, pero que se le escapó el año pasado. La eliminación en semifinales frente al Utrecht es el único borrón en un gran torneo doméstico para el Ajax en este nuevo ciclo.

CÉNIT Y RENOVACIÓN

No hay una sola respuesta a la hora de analizar el éxito ‘ajacied’, pero sí algunos patrones. El cuadro neerlandés acarició el cielo en la primavera de 2019. Se exhibió en el Santiago Bernabéu (1-4), asaltó Turín con un agónico gol de De Ligt (1-2) y se plantó en las semifinales de la Champions.

En el minuto 35 del segundo partido, el Ajax mandaba por 3-0 en el global del cruce ante el Tottenham. Se precipitó entonces la tragedia de sobras conocida. Un ‘hat-trick’ de Lucas Moura, con el tiro de gracia en el sexto minuto del tiempo añadido.

La puerta se había cerrado. Como era de esperar, los grandes clubes de Europa llamaron ese verano para llevarse a sus mejores promesas. De Jong puso rumbo al Barcelona y De Ligt a la Juventus, y otros secundarios importantes como Schöne también abandonaron la nave. Una fuga de talentos que se repitió este verano con la marcha de Van de Beek al Manchester United, de Ziyech al Chelsea o del prometedor Dest al Barcelona.  

CONTINUIDAD E INVERSIÓN

Pero pese a semejante sangría de futbolistas, el Ajax ha sido capaz de mantener el nivel competitivo. Al menos, a nivel doméstico. Parte del mérito es del trabajo en las oficinas de Marc Overmars o Edwin van der Sar. Según datos del portal especializado ‘Transfermarkt’, en los últimos dos años el club ingresó 327,7 millones en traspasos e invirtió 121,75.

Puntales como Klaassen, Álvarez, Antony o Martínez costaron menos de veinte ‘kilos’. Haller, el más caro en la historia del club, llegó a cambió de 22,5 millones. Mientras, la cantera ‘ajacied’ sigue sacando talentos como Gravenberch, titular a sus 18 años. También se mantiene al mando de la nave Ten Hag y sobre el verde aguantan veteranos como Tadic o Blind. La fórmula del nuevo tirano neerlandés.