La pasión por el Sant Andreu llega hasta Dinamarca

Alexander Liebach, danés de 22 años residente en Copenhague, ha tenido un flechazo y se ha hecho socio. El club ya alcanza los 2.202 en apenas trece días

“Nunca he visto nada igual. Sentí algo especial al entrar en el campo", explica sobre sus dos experiencias en el Narcís Sala, donde volverá ya en Segunda Federación

Alexander Liebach, celebrando el ascenso del Sant Andreu

Alexander Liebach, celebrando el ascenso del Sant Andreu

Roger Payró

Decir que el Sant Andreu pasa por uno de los momentos más importantes de su historia no es caer en una hipérbole. El anhelado ascenso ha hecho explotar su masa social y va camino de batir todos los récords. Tras trece días de campaña ya son 2.202 los socios. Los hay en el Palomar, en toda Barcelona, en toda Catalunya... e incluso por todo el estado español como Valencia, Utebo y Salamanca. Algunos Unionistas han agradecido así que los de Xavi Molist apearan al Salamanca CF UDS. Pero la locura por las cuatro barras también llega hasta Turquía, Inglaterra y Dinamarca. La particularidad del país escandinavo es que no se trata de un ‘andreuenc’ por el mundo, sino de un danés que en los últimos meses se ha enamorado de la UESA

“Nunca he visto nada igual” repite en varias ocasiones Alexander Liebach. Nacido en Bolivia pero adoptado en Dinamarca a los cuatro meses, con 22 años ya hace tres que vive en Copenhague. Criado en Kalvehave, ahora trabaja como contable mientras también estudia económicas. Es un ‘groundhopper’ empedernido -ha visitado ya hasta 81 estadios en 12 países por todo el mundo- pero ninguno le ha impactado tanto como el Narcís Sala

Poco se lo esperaba cuando decidió visitar Barcelona en febrero de este año. Ya había estado en la Ciudad Condal en varias ocasiones y como cualquier aficionado al fútbol volvió a viajar para ver un partido del Barça. Sin embargo, no fue el Camp Nou lo que le encandiló sino el templo del Palomar, al que conoció a través de una aplicación en la que salen disponibles partidos del fútbol modesto. Presenció el 2-0 contra el Sants

Vi otros partidos como El Clásico, pero mi objetivo era el Sant Andreu-Europa

“Es un estadio antiguo, con un equipo tradicional, con un montón de historia y me gusta un club así. Sentí algo especial al entrar al campo y cuando regresé a casa pensé: ‘Tengo que volver’. Entonces lo planeé y vi que había un partido importante contra el Europa. Un duelo casi por el título. Cuando vine vi otros partidos como El Clásico, pero mi objetivo era el Sant Andreu-Europa. Normalmente no vuelvo a un club del tamaño como el Sant Andreu”, explica este joven aficionado. 

Un examen, su traba para Salamanca

“Quiero volver cuando empiece la temporada. Nunca vi algo con tanta pasión como en el partido contra el Europa. Fue un partido que me impactó y quiero verlo de nuevo. Seguí todo el play-off y el último partido contra el Salamanca miré para viajar y estar en los buses pero desafortunadamente no pude porque justo tenía un examen poco después. Estuve mirando vuelos y todo pero no pude y lo seguí por Twitch. Después de ese partido me gustó aún más porque fue todo muy especial. Me encantó la lucha de los jugadores, y los fans igual, nunca vi algo parecido”, añade sobre su ‘flechazo’ con el Sant Andreu. 

Apenas una semana después de consumarse el ascenso, en el tercer día de campaña, ya se hizo socio. “Intentaré ver los máximos partidos la próxima temporada y espero que nos mantengamos en Segunda Federación”, admite, aunque sus aspiraciones van más allá. “He visto que hay muchos equipos catalanes (en el grupo). Espero poder venir y viajar a domicilio también. Ahora puedo decir que tengo otro club”, reconoce Alexander, que en su tierra natal es un acérrimo del Brondby. Ahora, a 1.759 kilómetros de su casa, se ha hermanado también con el Sant Andreu.