El Barbastro, de Segunda Federación, apea a un Almería en caída libre

Histórico triunfo del equipo de la capital del Somontano, que lucha por mantenerse en la cuarta categoría del fútbol español

Una diana del central Franki Carbonell hunde a un Almería sin capacidad de respuesta y que ahonda su bache

Barbastro vs  Almería

Barbastro vs Almería

EFE

El Barbastro, de Segunda Federación, logró una proeza al eliminar de la Copa del Rey al Almería de Primera División (1-0) en un partido muy eficiente de los locales, y muy flojo del equipo almeriense, que no tuvo capacidad para eliminar a un rival de tres categorías menos y aumenta su crisis.

En el comienzo del partido no tuvo dueño el balón ya que los dos equipos se limitaron a estar más pendientes del rival que de construir con el equipo local que quiso hacer incómodo el encuentro al Almería al que le duraba poco el esférico dada la presión que ejercía el rival.

Con el paso de los minutos el Almería comenzó a dominar al Barbastro que se tuvo que replegar en defensa y acumular hombres en el centro de la zaga, no pasando apuros la meta local al estar muy marcados más adelantados los jugadores visitantes, sin pasar muchos apuros el meta local Fábregas.

El conjunto de Gaika Garitano, a pesar de que llegaba con facilidad al área rival, no encontraba las vías adecuadas para concluir sus jugadas, ante el pegajoso marcaje de los locales que se anticipaban en casi todas las ocasiones, por lo que los probaron con disparos lejanos, sin peligro.

En uno de los pocos ataques que hizo en la primera parte el equipo barbastrense llegaría el gol de los locales en el minuto 28 a cargo de Franki Carbonell a pase de Mingotes, sin que reaccionara el Almería tras encajar el gol.

Tras el descanso, Garitano hizo varios cambios y su equipo mostró otra imagen muy distinta a la de la primera parte, pese a lo cual, en el minuto 48 Javito tuvo una clara ocasión tras driblar a varios defensores pero no acertó a chutar a la portería visitante.

Pasaban los minutos y el Almería era incapaz de generar ocasiones de gol cometiendo muchos errores y precipitaciones por el ansia de igualar el partido, ya que ni siquiera podía crear peligro ante un rival que se creció viendo cómo se acercaba la hora final y frenaba muy bien a un equipo de superior categoría que en el campo no lo demostró.