Lopetegui no ha dado continuidad a la medular de Zidane

Alejandro Alcázar

Zinedine Zidane acabó claudicando con el 4-3-3 para recurrir al 4-4-2 cargándose a Bale por Isco. Un centro del campo que daba solidez al juego. Manejaba todos los registros con Casemiro al corte, Kroos en la distribución, Modric rompiendo líneas, e Isco alimentando al ataque. Este es uno de los motivos que han podido motivar la inconsistencia del juego del Real Madrid en la era Lopetegui. 

En su defensa hay que decir que los cuatro arrastran la fatiga del Mundial y temporadas cargadas de intensidad, lo que ha podido llevar al técnico a rotarlos por su baja forma. Pero sus soluciones no han tenido éxito, porque ha utilizado 9 centros de campo diferentes en 13 partidos. Cuatro de ellos con un 4-3-3 y cinco con el 4-4-2. El más utilizado ha sido el formado por Casemiro, Modric y Kroos sin demasiado éxito al faltarles Isco. Tres partidos con un triunfo, un empate y una derrota: 3-0 en Sevilla, donde estalló la crisis.

CON LOS TITULARES EN EL NOU CAMP

Para el clásico tiene previsto poner al centro del campo que dio tantos éxitos a Zidane: Casemiro, Kroos, Modric e Isco. Han jugado solo dos partidos juntos de los 13 disputados, los dos en la Champions, con sendas victorias y uno fue el mejor de los blancos este curso goleando con exhibición 3-0 a la Roma. El otro fue el errático triunfo del pasado martes sobre el Plzen, 2-1, aunque cuando quitó a Isco (2-0) comenzó el derrumbe.

Lopetegui ha rotado a los cuatro titulares de Zidane eligiendo de relevos a Lucas Vázquez, un partido; Ceballos, cuatro, y Asensio, 6. Con el balear cambiaba también el dibujo al 4-3-3. Ceballos se ha abierto un hueco cuando con Zizou no contaba y ha intentado cubrir la baja de Cristiano con Asensio. En total ha utilizado esas rotaciones en 11 partidos, 7 fueron por decisión técnica, y 4 por la apendicitis de Isco. De esos 11 partidos ha perdido 5 y ha empatado dos, con solo 4 victorias. Blanco y en botella.