El Bayern se inmola desde la salida de Nagelsmann

Un mes después de la salida de Julian Nagelsmann del Bayern sigue habiendo muchas sombras y muy pocas luces. Desde entonces, el equipo bávaro es una caldera a presión que se está autodestruyendo, eliminado de la Champions, de la Copa y apeado del liderato de la Liga.

Puede que nunca se sabrán las causas que llevaron a la directiva del Bayern a despedir precipitadamente al técnico por el que dos años antes habían pagado 25 millones de euros de traspaso al Leipzig.

Seguramente, entre otros motivos, hubo un desencuentro con la dirección deportiva porque el proyecto del joven técnico era a largo plazo. Pero también hubo otras decisiones de la dirección deportiva que no fueron buenas.

Era la primera vez que el Bayern no conseguía tener al mejor delantero de la Bundesliga al quedarse sin Haaland, que se fue al Manchester City en una operación en la que no pudo influir.

Y la salida de Lewandowski acabó siendo traumática porque no encontraron un relevo. Se pensó en Mané, que empezó muy bien, pero con la lesión se desinfló y ha terminado siendo un fiasco. Las figuras de los directores deportivos Kahn y Hasan Salihamidžić han quedado en entredicho

A partir de ahí se desencadenaron las polémicas, que empezaron cuando Neuer criticó a su técnico por haberle quitado al preparador de porteros, Gnabry se fue a un desfile en Paris y Mané y Sané tuvieron un enfrentamiento con el puñetazo del senegalés al alemán. Los problemas disciplinarios en el Bayern han sido el detonante.

Y Tuchel, de momento, ha empeorado las cosas y parece difícil que sea el candidato al banquillo la próxima temporada.