La tarde que Valverde 'desquició' a Rijkaard en Montjuïc

Ernesto Valverde regresa este domingo a Montjuïc, un escenario del que guarda muchos y buenos recuerdos. El 'Txingurri' entrenó durante dos temporadas al Espanyol, antes de que el club blanquiazul volviera a tener casa propia y estrenara el RCDE Stadium. De 2006 a 2008 se sentó en el banquillo local del Olímpic y un buen día, su equipo, en un derbi, 'provocó' una imagen que dio la vuelta al mundo.

Valverde y su 'maldición' en territorio azulgrana

Fue la tarde del 14 de enero de 2007. El Barça de Frank Rijkaard visitó a su eterno rival ciudadano y se congregaron 38.000 espectadores. El técnico holandés era conocido como el 'hombre tranquilo', de hablar relajado, mirada perdida y poco dado a los aspavientos. Pero perdió el control.

Los azulgranas parecían tenerlo todo a su favor tras vencer los anteriores cuatro derbis pero las ausencias de Messi, Eto'o y Deco fueron insalvables ante un Espanyol cómodo en la media tabla, pero muy motivado.

Luis García, actual técnico blanquiazul, adelantó al Espanyol en el minuto 31, pero a la hora del encuentro, empató Javier Saviola. El gol muy poco después de Raúl Tamudo que suponía el 2-1 acabó con la paciencia de Rijkaard. Sentado en el banquillo visitante, golpeó con rabia y rompió parte del metracrilato, dejando un visible agujero y restos por el suelo. Luego, se quedó ahí sentado, impasible pese a que debió dolerle la mano.

El idilio terminó en Glasgow

Menos que la derrota que se acabó consumando. En el añadido, Rufete marcó el 3-1 definitivo para los de Ernesto Valverde, que meses después logró llevar a los blanquiazules a la final de la Copa de la UEFA en Glasgow, perdida en la tanda de penaltis contra el Sevilla.

Después, el Txingurri Valverde probó suerte en Grecia y tuvo dos pasajes por el Olympiakos. Entre medio, el Villarreal, en una de sus experiencias menos positivas. Valencia y una primera etapa en el Athletic Club antes de recalar en un Barça al que hizo dos veces campeón de Liga. La campaña pasada retornó al club de su vida, el de los 'leones'.

Valverde vuelve a subir este domingo a la montaña mágica, pero ahora para sentarse, como en su día hizo su colega neerlandés, en el banquillo visitante. Se encontrará un modelo mucho más moderno y actual, pero que seguro a más de uno le llevará al recuerdo de un Rijkaard enojado y totalmente descompuesto.