Raphinha, del éxtasis al cabreo monumental con Xavi

Fue uno de los nombres propios del partido en el Camp Nou; empezó flojo la primera parte, pero en la segunda creció y acabó desatado con gol y asistencia hasta el polémico cambio

Va en línea ascendente y su enfado por la sustitución es el mejor ejemplo; Alba lo calmó

FC Barcelona - Manchester United: El gol de Raphinha

Raphinha igualó el marcador ante United con un golazo / Telefónica

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Al borde del llanto. Totalmente poseído por la rabia y la frustración. Así acabó Raphinha ayer el partido de ida de los playoffs de la Europa League ante el Manchester United. Cualquiera diría que fue el futbolista más determinante en ataque con un gol y una asistencia. Pero precisamente ahí estaba la raíz del problema. Estaba en pleno apogeo, enchufadísimo y Xavi decidió justo en ese punto álgido sustituirlo por Ferran Torres.

Ya desde el mismo momento en el que miró el tablón electrónico y vio su número 22 su cara cambió radicalmente. Negando con la cabeza, contrariado. Salió escopeteado porque era consciente de que su equipo lo necesitaba, volcado buscando el tanto de la victoria para ir a Old Trafford con una ventaja. Eso sí, a medida que llegaba al banquillo se iba ‘calendanto’ más. Le dio la mano a Xavi a regañadientes, pero una vez se plantó en el banquillo se desató toda la ira acumulada. Primero, Jordi Alba, ejerciendo de ejemplar capitán, lo sentó encima de una nevera. Intentó calmarlo con palabras y gestos amables. Parecía que lo había logrado, pero una vez sentado en la segunda fila, detrás de un Marcos Alonso atento a lo que pasaba en el césped, empezó a pegarle puñetazos al respaldo del asiento delantero. Curiosamente, el defensa madrileño ni se inmutó. 

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Como dijo Xavi en el canutazo postpartido, una reacción ‘lógica’ siendo el minuto que era y que no va más allá de eso. El gaúcho está muy metido, en clara línea ascendente. Se siente importante y está aprovechando la baja de Dembélé a las mil maravillas. Junto a un Lewandowski que ha pegado un pequeño bajón (por lo menos a nivel goleador), Raphinha se ha asentado en este dibujo del 4-4-2, que se convierte a veces en ataque en un 4-1-3-2, en un 4-3-3. Depende.  

Raphinha fue de menos a más ayer en el Camp Nou. No jugó una buena primera mitad. Estuvo espeso, poco acertado en el uno contra uno. Incuestionable siempre su entrega y su sacrificio defensivo, eso sí. No se marchó con buenas sensaciones al descanso largo, pero tras la reanudación mostró otra cara. Se rebeló. Puso una asistencia tremenda en el gol de Marcos Alonso de córner. Un arco perfecto que acabó con el testarazo del defensa al segundo palo. Y luego se echó el equipo a las espaldas en ataque en el tramo final. Gol marca de la casa, en centro de rosca cerrado que ‘Lewy’ no tocaba. Hasta que todo acabó en el 83’ porque Xavi decidió que era el momento de relevarlo por Ferran.