Plaga de lesiones en los jugadores jóvenes del Barça: ¿A Balde y a Lamine les espera lo mismo?

El Barcelona se congratula de la aparición de nuevos valores que, de un día para otro, entran en el primer equipo. Estos jugadores, muchos de los cuales no son mayores de edad, brillan en sus estrenos y se quedan en el primer equipo, corto de efectivos. El proceso se repite: Los elogios llegan pronto, muchas veces desmesurados, les convoca la selección de forma inmediata y entran de golpe a la rueda del mundo profesional. Hay casos que se repiten: Ansu, Pedri, Gavi, Lamine, Balde y Araujo. 

La maldición del 'Dream Teen' del Barça

¿Están preparados estos jugadores para cambiar tan rápido de velocidad? ¿Para pasar de la tercera a la sexta sin previo aviso? El salto es estratosférico porque pasan de doblar el número de partidos por temporada. Pedri disputó 35 partidos con Las Palmas y, en su primera temporada en el Barcelona, jugó 70, la mayoría con Koeman y muchos otros con España en la Euro y en los Juegos. Desde entonces, ha tenido seis lesiones musculares.

Ansu pasó del juvenil, donde participaba en unos 30 partidos, al primer equipo tras, al poco de debutar, fue convocado por España. Se lesionó y las prisas de unos y otros le llevaron a recaer repetidas veces y a ser operado otras tantas. La pasada temporada apenas jugó porque, decía el club, no se había recuperado bien.

Gavi lleva dos años y tres meses en la élite. Durante este tiempo ha disputado 136 partidos oficiales. Recalco, oficiales porque había que añadir unos diez más en amistosos. Esto quiere decir que ha pasado del juvenil, donde jugó una treintena de encuentros, al primer equipo donde ha multiplicado el número de partidos. Resultado: ha reducido los días de descanso, juega contra rivales más fuertes y aumenta la presión que debe asumir dentro y fuera de los estadios. Ahora le esperan nueve meses de parón.

Araujo sería otro caso, pues si bien no ha tenido que ser operado, ha sufrido 14 lesiones desde que entró en el mundo profesional y los problemas musculares que tiene recurrentemente son su talón de Aquiles.

¿A Balde y Lamine les espera algo similar? ¿Deberán pasar por este mismo infierno por tratarse de jugadores que, por su edad, todavía no están hechos físicamente para aguantar como el rodillo del mundo profesional les pasa por encima?