El partido que encumbró a Lamine

Lamine Yamal, con solo dieciséis años, lleva disputados esta temporada 35 partidos con el FC Barcelona. De uno de ellos, el de Copa que jugó en San Mamés, debe tener un recuerdo agridulce el atacante catalán. El equipo de Xavi Hernández fue eliminado de la competición por el Athletic en la prórroga, pero el extremo de la cantera firmó una auténtica exhibición que le sirvió para ganarse la titularidad.

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Llegaba Lamine a Bilbao tras jugar otro buen partido tres días antes contra el Betis. Raphinha se había lesionado en la semifinal de la Supercopa contra el Osasuna y Xavi optó por el extremo de Rocafonda para sustituir al brasileño. Lamine fue una pesadilla para la defensa del Athletic durante todo el partido. Marcó un gol al más puro estilo Leo Messi que ponía en aquel momento en ventaja al Barça y superó a oponentes tanto por velocidad como por habilidad. La lástima es que tuvo una ocasión muy clara a minutos del final del partido que no supo aprovechar y que hubiese dado la clasificación a los de Xavi. Perdonable en un jugador tan joven.

Desde aquel encuentro ya nadie ha sido capaz de sacar a Lamine del once titular. Hasta el partido del pasado fin de semana contra el Getafe, en el que descansó por una simple rotación, enlazó cinco encuentros completos en la Liga, con dos goles anotados, ambos contra el Granada, y dos asistencias, las dos ante el Celta. También fue titular en la ida de los octavos de final de la Champions frente al Nápoles.

Raphinha está ya recuperado de aquella lesión muscular, pero ya nadie duda de que el extremo titular debe ser Lamine a pesar de que el brasileño completó un muy buen partido ante el Getafe. La competencia, como explicó Deco, director deportivo de la entidad esta semana en una entrevista en Catalunya Ràdio, es buena para Lamine, pero Xavi tiene claro que el de Rocafonda está en estos momentos por delante de Raphinha. También tienen claro sus compañeros que el catalán es uno de los futbolistas más desequilibrantes de la plantilla. Se ve cuando lo buscan sobre el terreno de juego. Esta confianza se la ganó en buena parte en el partido de San Mamés, en el que desequilibró mientras estuvo en el campo y en el que no le pesó la presión ejercida por una afición como la del Athletic.