Malcom también cuestiona a Coutinho

Juan Manuel Díaz

Juan Manuel Díaz

Ivan Rakitic vio el carril libre por la izquierda y envió en profundidad para que se produjera la cabalgada que acabó con un pase atrás, el remate de Leo Messi y el segundo gol en el Barça-Espanyol (2-0) del Camp Nou. Una jugada habitual del equipo, con una salvedad: el 'correo' esta vez no fue Jordi Alba, como es habitual, sino Malcom.

El brasileño, a sus 22 años recién cumplidos (26-02-1997) intenta aprovechar cualquier mínima oportunidad que le brinda Ernesto Valverde para reivindicarse y lograr un lugar en el firmamento blaugrana, como este pasado sábado en el derbi entre Barça y Espanyol. La lesión de Ousmane Dembélé y las dificultades de Philippe Coutinho son su combustible en estas semanas en las que se acerca la fase decisiva de la temporada.

BRILLAR BAJO EL SOL

Malcom, un extremo zurdo al que le gusta jugar a pie cambiado pero que también puede adaptarse a la banda izquierda y a la mediapunta... Una tarjeta de presentación excelente.

A no ser que el futbolista en cuestión se encuentre con una nómina de estrellas integrada en primer lugar por Leo Messi, el astro más fulgurante y que comparte hábitat y preferencias. Luis Suárez, por sus características, es un caso aparte; pero si al genio de Rosario se suman Dembélé y Coutinho, las dificultades se disparan exponecialmente.

EL PRECIO Y LOS MINUTOS

Malcom llegó al Camp Nou con otro handicap añadido, y fue el de el elevado coste de su traspaso, 41 millones de eurosSu principal aval, de cara al gran público, es que los técnicos del Barça se habían adelantado a los planes de Monchi, a la sazón director deportivo de la Roma.

Tantas veces hubo que reclutar a precio de oro los hallazgos de Monchi, que en esta ocasión prefirieron ir directamente a la fuente, el Girondins de Burdeos que sacó 36 millones limpios en la operación: abonó en su día 5 millones al Corinthians.

Las dificultades para adaptarse al estilo del equipo y a la presión de ser vigilado por el Camp Nou se combinaron con alguna lesión inoportuna. El mejor ejemplo de su trayectoria es su única titularidad en la Liga.

Fue en el Barça-Real Betis. Con Coutinho lesionado y Dembélé castigado por sus indisciplinas, Valverde apostó por él. Le dio 57 minutos en los que el equipo no estuvo bien y, desarbolado por el conjunto verdiblanco, el FC Barcelona perdió 3-4.

RESIDUAL

El brasileño ha participado, hasta el momento, en 16 de los 46 partidos oficiales del Barça. Inédito en la Supercopa, testimonial en la Champions (2 de 8 partidos), residual en la Liga (9 de 29), solo ha tenido alguna presencia en la Copa (5 de 8 encuentros) pero especialmente en las primeras rondas.

Si los partidos se transforman en minutos, el gris se vuelve negro: Tuvo 5 minutos en el Atlético-Barça y en el Barça-Rayo; 6 minutos en el Valladolid-Barça y el Barça-Valencia; 10 en el Barça-Villarreal...

Los rumores del mercado de fichajes lo sitúan de manera insistente en la rampa de salidaen el de invierno lo enviaban a China, y pese a su juventud casi nadie lo incluye en los planes de futuro blaugrana.

ESPÍRITU

Y con todo, Malcom intenta aportar su juventud, velocidad y verticalidad cada vez que le dan la oportunidad. Lloró como un niño con su primer gol oficial, en el Inter-Barça en el que salvó un punto en los apenas 9 minutos que disputó.

También aportó el gol del empate en el duelo de semifinales de la Copa del Rey ante el Real Madrid (1-1), que permitió afrontar la vuelta del Bernabéu con otro talante. Esa fue una de su contadas titularidades.

Y lo volvió a hacer el sábado, en la media hora de la que disfrutó ante el Espanyol; poniendo a prueba a Diego López en la primera ocasión que tuvo a los 63 minutos y asistiendo a Messi en 2-0.

Sus defensores argumentan que cuando está en el campo pasan cosas y que pone una marcha a la delantera; que necesita tiempo para coger confianza y desarrollar su talento. ¿Lo tendrá? Él, por el momento, a la espera del regreso de Dembélé, cuestiona la titularidad de Coutinho.