El gran objetivo de Xavi para el Nápoles

El técnico de Terrassa, muy abatido tras haber dejado escapar un gran tren ante el Athletic, tiene una misión importante para estos 7-8 días que quedan para la 'finalísima' de Champions en Montjuïc

El parte médico de Frenkie de Jong

Los jugadores del Barça saludan a la afición azulgrana en San Mamés

Los jugadores del Barça saludan a la afición azulgrana en San Mamés / Valentí Enrich

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Pocas veces hemos visto a Xavi Hernández tan tocado como tras el partido ante el Athletic esta temporada. Consciente de la enorme oportunidad perdida, el egarense entonó el 'mea culpa' y no dudó a la hora de criticar la falta de garra y las malas sensaciones que dejó el Barça en La Catedral.

Ante un cuadro vizcaíno con rotaciones y aún 'borracho' de éxito tras el pase a la gran final de la Copa, al cuadro barcelonista le faltó ambición y orgullo, además de juego, para salir a 'matar'. Se hubiera colocado a seis puntos del Real Madrid y hubiera reactivado a un barcelonismo medio dormido y con poca fe en su equipo. Vital también como previa para ese duelo de vuelta de octavos de Champions tan importante en apenas una semana.

MAZAZO MORAL

Mazazo importante. No tanto por el resultado, puesto que un empate en un escenario tan imponente como San Mamés (solo el Madrid ha ganado allí en Liga esta temporada) y ante un Athletic lanzado y quinto en la tabla no suena mal. Nada mal. De hecho, en otras circunstancias habría sido un muy buen punto.

Fermín López y Pedri, durante el partido ante el Athletic

Fermín López y Pedri, durante el partido ante el Athletic / EFE

El 'quid' estuvo en las sensaciones, en el hambre. El equipo apenas generó nada de peligro. No hilvanó en ataque, no dio la impresión de poder crear oportunidades ni de inquietar a Unai Simón. Defendió bien, al nivel del año pasado. En ese sentido, nada que reprochar. No tuvo ocasiones claras el cuadro de Valverde.

En cualquier caso, de lo que podría haber sido un panorama favorable para el Nápoles, el 'aroma' es de algo de pesimismo. Mallorca, el viernes, es otra prueba para ganar algo de confianza y de moral para ese encuentro tan valioso a nivel económico. Con el club con el agua al cuello, la 'obligación' de estar en cuartos es todavía mayor. Y una presión añadida, claro.

MUCHO DINERO EN JUEGO

De esta forma, Xavi tiene la mente puesta en levantar la moral. La suya y del staff y la de la plantilla. Las lesiones de gravedad de Frenkie y Pedri aún han sumido más a la plantilla en una pequeña depresión de la que debe salir cuanto antes para afrontar con las máximas garantías el envite ante los napolitanos.

En juego, el honor, el mantener una mínima ilusión en Champions y esos 10,6 millones de euros con los que premia la UEFA a los clubes por estar en cuartos.

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