Historia SPORT

Historia SPORT

La desesperación de Sergi que amargó su soñado debut

El técnico interino del cuadro azulgrana se desgañitó después del empate del Alavés y ante la pasividad de la defensa

Después más de una década en los banquillos, pudo sentarse en el de local del Camp Nou por primera vez

Barjuan: "Hay que recuperar a los jugadores física y moralmente"

Sergi Barjuan habló en rueda de prensa tras el empate ante el Alavés / EFE

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Recorrió de forma incansable durante nueve temporadas la banda izquierda del Camp Nou. La 'Moto' de Les Franqueses, un lateral aseado, un pulmón capaz de atacar y defender como si no hubiera mañana, producto de La Masia, tuvo una prolífica carrera como jugador a la que puso punto y final en 2005. Apenas cuatro años después, en 2009, iniciaba su periplo en los banquillos al frente del Juvenil B del Barça. 12 años después, cumplía su sueño de dirigir un encuentro como local en el Camp Nou ante el Alavés.

Un día muy especial para un Sergi Barjuan que se ha visto comandando al primer plantel azulgrana de forma circunstancial, pero que ha cogido el cargo con profesionalidad y con ganas de dejar su sello, aunque no llegue a completar una semana en el cargo (eso dice la 'teoría'). Ayer vivimos su 'première' en el estadio que le vio nacer y crecer. Comenzó el duelo ante el Alavés con chaqueta y lo terminó con la camisa arremangada. El paso de los minutos y la impotencia de sus jugadores para materializar las ocasiones así lo propiciaron.

El tiempo efectivo que el vallesano se sentó en su plaza en el banquillo no debió sobrepasar el minuto y medio. Inquieto, siempre de pie, en ocasiones invadiendo hasta el terreno de juego e intentando continuamente corregir a sus pupilos. Quien probablemente se llevó la palma fue Mingueza, al que le tocó por aquella banda en el primer tiempo. Con su característico silbido, cuyo sonido llegaba incluso hasta la zona de prensa a pesar del ruido ambiente y la distancia, el de Les Franqueses tuvo también un aparte con Piqué, con el que compartió sensaciones aprovechando un parón en el juego.

LA JUGADA Y EL DISGUSTO

Un día importante que se vio empañado por la jugada determinante del segundo tiempo. Apenas un minuto después de haber anotado Memphis el 1-0, Luis Rioja, en una diagonal de 40 metros y sin que nadie fuera capaz de hacerle falta, conectó con Joselu, recibió la pared y definió ante Ter Stegen. Una jugada que desesperó al exfutbolista azulgrana, que no podía creerse que los suyos hubieran sido incapaces de parar al extremo babazorro.

Un malestar que transmitió en rueda de prensa: "Con la jugada de Rioja... hay que pararlo, meter la pierna aunque te juegues la tarjeta. Estamos aquí para que los jugadores entiendan eso". Más claro, el agua. Un primer día emborronado por ese detalle, pero que el flamante técnico interino nunca olvidará.