Un Barcelona de dos velocidades

Hay que valorar la aportación de los menos habituales, porque con ellos los resultados en la Liga han sido igual de buenos

Sin embargo, la sensación es que la presencia de la segunda unidad no ha ayudado a seguir evolucionando

Resumen, goles y highlights del FC Barcelona 1 - 0 Valencia de la jornada 24 de LaLiga Santander

Resumen, goles y highlights del FC Barcelona 1 - 0 Valencia de la jornada 24 de LaLiga Santander / LALIGA

Xavi Torres

Xavi Torres

El Real Madrid se relamía ante un Barça mermado por las bajas, pero el partido de ida de las semifinales de la Copa acabó con sorpresa. Los de Xavi, sin Christensen en la defensa, Pedri en el centro del campo y Dembélé y Lewandowski en el ataque, ganaron por 0-1 y dejaron a los azulgranas más cerca del segundo título de la temporada, tras la Supercopa de España. Provocaron en la Copa el mismo sentimiento de frustración que los madridistas tienen en la Liga, competición que comanda el Barcelona con nueve puntos de ventaja. Nos quedamos aquí, en la competición de la regularidad.

El dominio del Barça se ha producido a pesar de las dificultades que han llegado en forma de lesiones y sanciones de buena parte de sus titulares. Araujo se ha perdido ocho partidos; Christensen, Dembélé y Koundé, seis; Lewandowski, cinco; Pedri, tres; Sergio, dos; y De Jong y Gavi, uno cada uno. Algunos de ellos aumentarán la cifra ya que siguen de baja. 

Solo Ter Stegen y Balde se mantienen sin incidencias que hayan interrumpido su participación continuada en el equipo. Este hecho ha provocado que la segunda unidad se haya convertido en muy protagonista, pero al mismo tiempo ha motivado un debate entre el barcelonismo, poco acostumbrado a generar poco fútbol y obtener grandes resultados.

LA IDEA DE XAVI

Al entrenador del Barcelona le incomoda esta situación. Aunque el objetivo principal del club en este momento de la historia es volver a ganar títulos, a Xavi le sigue preocupando cómo hacerlo. Ganar le hace muy feliz, pero al mismo tiempo le preocupa observar que la evolución del fútbol de su equipo hacia un escenario que le permita sentirse cómodo no va a la velocidad esperada. Dicho de otra manera, Xavi no se siente orgulloso de lo que está viendo.

Si desarrollamos esta idea, veremos que en cada rueda de prensa insiste en aspectos del juego que el equipo no acaba de completar satisfactoriamente. Hay días que tiene que ver con la salida del balón; otros, con el juego de posición de los interiores o el de la posesión de todo el equipo para defender con balón un resultado; los hay en que comenta el juego de los extremos y del ataque estático, etc. Xavi habla mucho de fútbol mientras recuerda que "el Barcelona es el club más complicado del mundo". 

Es verdad. La educación recibida desde la llegada de Johan Cruyff al banquillo azulgrana en 1988 ha condicionado el futuro ya que su mirada contribuyó a transformar un club perdedor en uno muy ganador. Y en ese proceso -muy complicado, por cierto- Xavi Hernández también tuvo un papel muy relevante aunque sabe que sin esa filosofía de juego jamás hubiera estado en el Barça, no se hubiera convertido en uno de los mejores centrocampistas europeos de la historia y, por supuesto, tampoco tendría semejante currículum de títulos. A Xavi le gusta este fútbol no por capricho sino por convencimiento. Ahora bien, trasladar todo su conocimiento no le está resultando una tarea sencilla.

ONCE DE GALA

Podríamos decir que la exhibición del Barça en la final de la Supercopa ante el Real Madrid -15 de enero- marca un punto de inflexión de la temporada que sirve para que el aficionado reconozca, por fin, el equipo titular del Barcelona: Ter Stegen, Koundé, Araujo, Christensen, Balde, Sergio, De Jong, Pedri, Gavi, Dembélé y Lewandowski. Su idea inicial de fomentar el juego por los extremos ha derivado en una potenciación del centro del campo prescindiendo de un delantero y reuniendo a cuatro medios. Xavi ha encontrado tantas dificultades para desarrollar su plan A que ha encontrado matices interesantes en el B que le han dado al equipo mucha estabilidad... y excelentes resultados. No es su Barça soñado, pero hasta que llegue ese día, mejor ganar que perder. Y aunque es verdad que Europa le ha pintado la cara cuatro veces en un año, la realidad nos sitúa ante una temporada que puede ser histórica, con un triplete doméstico a la vista.

Xavi, sin embargo, sigue sufriendo. Quizás la historia está marcando el camino hacia un fútbol diferente sin que el propio entrenador sea capaz de controlar el destino. Tal vez a partir de ahora, el Barça va a empezar a ser otra cosa, capaz de perder solamente dos de los 24 partidos de Liga jugados, de ganar ocho partidos por 1 a 0, de mantener la portería virgen en 18 de esas 24 jornadas o de marcar apenas 46 goles. Puede que eso suceda, pero solo la perspectiva del tiempo será capaz de decirnos si ese fue un plan marcado o una consecuencia de las dificultades de aprendizaje de un método que llevó al Barça a ser la referencia mundial del fútbol.

Y si Xavi no ha podido avanzar como él hubiera querido con los futbolistas escogidos, ¿qué ha pasado cuando ha tenido que echar mano de los suplentes?

CUATRO REFLEXIONES

Antes de empezar, hay que poner en valor la aportación de los jugadores menos habituales porque los resultados del equipo en esta Liga, con ellos, han sido igual de buenos. Raphinha (55,4% de los minutos jugados), Alba (46,3%), Ferran Torres y Ansu (42,4%), Eric (42,1%), Sergi Roberto (36,3%), Marcos (30,9%), Kessié (25,9%) y Pablo Torre (1,2%) han ganado tantos puntos como sus compañeros. A modo de ejemplo, el Barça ha ganado todos los partidos en los que Lewandowski no ha podido jugar.

Sin embargo, la sensación es que la presencia de los jugadores de la segunda unidad no ha ayudado a seguir evolucionando y, en cambio, ha servido para justificar un fútbol de supervivencia completamente alejado del que defiende su entrenador. "¡Qué queréis, son los suplentes!", se oye a menudo en el entorno azulgrana.

En este sentido, cuatro reflexiones. La primera: es evidente que el fútbol que pretenden el presidente, Joan Laporta, y el entrenador, Xavi Hernández, y que se apoya en el método cruyffista, todavía necesita tiempo para llegar a su mejor versión. Con los que más juegan y, por supuesto, con los suplentes, con un añadido: un no habitual, si juega rodeado de titulares, mejora; en cambio, si por la razón que sea -como ahora- son muchos los que deben entrar, va a ser muy complicado que muestren su mejor cara -la suya y la del equipo-.

La segunda idea tiene que ver con la anterior. ¿Por qué está costando tanto adquirir los mecanismos que se requieren? Porque es mucho más dificil tratar de jugar en campo contrario y sin espacios, y porque la actual plantilla necesita más entrenamientos y partidos en la idea: Christensen, Lewandowski, Marcos Alonso, Kessié, Koundé, Raphinha y Pablo Torre son nuevos y apenas han jugado bajo estas consignas, lo mismo que Eric Garcia y Ferran Torres, que trabajaron poco tiempo con Pep Guardiola en el Manchester City. Algunos jóvenes-veteranos como De Jong o Dembélé han demostrado dificultades para la adaptación y los niños Ansu, Balde y Gavi no han dispuesto en el propio club de la mejor formación. Solo quedan con pleno conocimiento de causa los históricos Jordi Alba, Sergi Roberto y Busquets (con un ejército de voces que claman por su jubilación), Ter Stegen y el extraordinario Pedri.

EXCUSA

La tercera reflexión es para rechazar la excusa que apela a los suplentes y que sirve para justificar determinados momentos de los últimos partidos. Es evidente que Kessié no tiene el talento de Pedri o Sergi Roberto, la energía de Gavi... podríamos seguir haciendo muchas comparaciones, pero lo evidente es que el Barcelona, con todos los jugadores más o menos habituales que ustedes quieran, debe ser capaz de jugar mejor el balón y exhibirse como equipo con una versión mucho más cercana al plan deseado.

Y acabamos con la cuarta reflexión para hablar del futuro. ¿Hay que ser optimista? El Barça debe ganar y parece que está en el camino de hacerlo, así que el proyecto del técnico de Terrassa se va a armar de razones para seguir construyéndolo de cara al futuro. ¿Con qué fútbol? Con Xavi en el banquillo, parece que la idea es innegociable. Eso sí, necesita más talento para armar una plantilla de más nivel. Es obvio que la unidad A debe mejorar, pero para completar el deseado ‘plantillón’ capaz de luchar también en Europa es necesario otro equipo B que genere una competitividad diaria muy superior a la actual. Dejénme insistir en que de la plantilla que pueda ganar la siguiente Champions para el Barça quizás solo una tercera parte de los actuales futbolistas permanecerán en el club. Hasta entonces y sin dinero, ¿pueden llegar futbolistas top? Ese es el reto: imaginación en la junta, apuesta por el trabajo en la base y formar un equipo en el que su cerebro no sea el de un futbolista que gane solo los partidos sino el de una idea colectiva aplicable por todos los jugadores.