Adiós sin Messi

El Gobierno de España acaba de publicar ‘La España 2050’, un trabajo de la nueva Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia del País a largo plazo. Una visión de los objetivos que tiene que alcanzar la nación española en diferentes ámbitos en los próximos decenios. Hay que tener una extraordinaria capacidad de análisis para dibujar o imaginar un escenario tan lejano.

INCERTIDUMBRE

Mientras tanto, en el FC Barcelona, la transformación del club que pretende implementar el nuevo CEO Ferran Reverter se topa de bruces con la realidad. Esta tarde, el Barça se despide de la Liga y de la temporada con muchas e importantes incógnitas. Y no dudas cualquiera. Son tan importantes que podrían marcar un antes y un después en la historia reciente de la entidad azulgrana. Sí, así de tremendista.

El Barça juega en Ipurua sin Leo Messi. El capitán azulgrana adelanta su viaje a Argentina para tener unos días de descanso antes de incorporarse a la selección albiceleste de cara a la Copa América. Y ha regresado a su país sin que nadie sepa si renovará con el FC Barcelona o si su longeva etapa en el club azulgrana se terminó con la derrota ante el Celta. Es difícil de entender, aceptar y asumir que un tema tan delicado y de tanta transcendencia tampoco haya sabido o haya podido resolver en tiempo y forma el nuevo presidente Joan Laporta. La incertidumbre sobre la continuidad de Leo Messi es absoluta.

Y a la misma mesa podemos sentar a comer al técnico Ronald Koeman. Este, curiosamente, sí tiene contrato en vigor, hasta el 30 de junio de 2022, pero lleva sin ratificarle desde que tomara posesión de su cargo, con lo fácil que hubiera sido, y ese silencio institucional debilita la figura del entrenador y deja a la afición y a los socios con enormes dudas.

Por eso, el de esta tarde podría ser el último partido del héroe de Wembley como propietario del banquillo del Barça.

Koeman: "Hay que respetar a los jugadores; firmamos la temporada que hemos hecho"

NUEVO CICLO

Sin Messi, con Koeman en el disparadero, con la Espada de Damocles sobre la cabeza de algunas ‘vacas sagradas’, la verdad es que este Eibar-Barça sobra. Sin embargo, hay que seguir tirando de profesionalidad para bajar la persiana de la temporada 2020-21 de forma brillante y digna. Una nueva derrota no haría más que socavar aún más el prestigio de un equipo que ha terminado por derrumbarse como un castillo de naipes después de haber conseguido lo más difícil: tener en sus manos la posibilidad de depender de ellos mismos para ganar la Liga cuando en el mes de enero estaban a doce puntos del líder. Hoy, por cierto, sabremos si la Liga se celebrará en Cibeles o en Neptuno, pero seguro que se queda en Madrid.