Parón inoportuno para el Barça de Jasikevicius

Cuando parecía que el Barça metía la directa en la temporada después de imponerse al Madrid en la final de la Copa del Rey, el conjunto de Saras Jsikevicius se ha visto forzado a parar de nuevo después del aplazamiento del partido del viernes pasado, en la pista del Zenit.  Tampoco se desplazó a Moscú donde este domingo debía recuperar el partido aplazado en su momento debido a los casos de covid19 en la plantilla blaugrana.

La guerra en Ucrania, un acontecimiento que ha explotado de manera cruenta en los últimos días, ha llevado a la Euroliga a suspender de inmediato los partidos en suelo ruso, donde, precisamente, el Barça tenía previsto el fin de semana.

Lo cierto es que el conjunto de Saras estaba preparado para afrontar esos dos encuentros en las mejores condiciones anímicas y ahora, el conflicto bélico, le corta el ritmo.

Más partidos pendientes

Si por un lado es una buena noticia no tener que desplazarse a suelo ruso para afrontar esos dos partidos, no es buena noticia porque la Euroliga los tendrá que reprogramar en un mes de marzo y abril cada vez más cargado de partidos pendientes.  

El equipo estaba preparado para viajar a Rusia aunque en el último momento, decidieron no hacerlo al tener conocimiento que la Euroliga iba a anunciar la suspensión de esos partidos. Vuelta para casa,

Afortunadamente para el equipo, no perderán demasiado ritmo competitivo porque este martes ya recuperan otro de los cinco partidos que tienen pendiente de la Liga Endesa. Se medirán Al MoraBank Andorra en el Palau (21.00), en duelo correspondiente a la jornada 15.

Un calendario cargado

Y es que el mes de marzo se presenta conflictivo en cuanto a fechas, ya que el Barça, además del partido que recupera ante el cuadro andorrano, aún tiene pendientes otros cuatro, ante Valencia, Unicaja, Bitci Baskonia y UCAM Murcia.

En total, los azulgranas tienen en este próximo mes de marzo, hasta nueve partidos, alternando la Euroliga y la Liga Endesa.

Jasikevicius tratará de mantener la tensión competitiva del grupo y evitar que el equipo pierda concentración de cara a luchar por los otros dos títulos importantes de la temporada en un carrusel de partidos que también pondrán a prueba la entereza física del grupo.