Ya no queda nada del primer Rafa Nadal

La salida de uno de sus entrenadores, Francis Roig, deja al manacorí con un equipo totalmente cambiado y remodelado de cara a la etapa final de su carrera.

Ya no queda nada del primer Rafa Nadal

Ya no queda nada del primer Rafa Nadal / SPORT

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Hay veces que una ruptura a tiempo puede ser una victoria para los dos implicados. Rafa Nadal sabe de buena tinta lo que son los cambios dolorosos, aunque a veces más que necesarios. Los dos entrenadores con los que ganó su primer Grand Slam, allá por 2005, ya no le acompañarán en la próxima temporada.

Francis Roig, histórico entrenador en los triunfos de Rafa, ha decidido emprender un nuevo proyecto profesional en el circuito de la ATP dejando de entrenar al manacorense por primera vez en 18 años. No ha sido una ruptura fea ni nada por el estilo, pero Rafa necesitaba un nuevo impulso.

"He tomado esta decisión después de meditarlo mucho y entiendo que ha llegado el momento de empezar un nuevo proyecto que abarque más de un jugador y que permita formar mi grupo de trabajo de cara a los próximos años", dijo Roig sobre su salida de un team Nadal que ahora queda compuesto por Carlos Moyá y Marc López.

La marcha de Toni Nadal

La salida de Francis Roig se une a la de Toni Nadal a finales de 2017. En ese momento, el tío de Rafa decidió dedicarse a la academia y también a asesorar jugadores. De su factoría han salido tenistas de máximo nivel como Félix Auger-Aliassime o Casper Ruud, quien es un producto 100% de la escuela Nadal.

Toni es el espejo en el que Roig se mirará después de dedicar toda una vida a mejorar el juego de un Rafa Nadal que ha alcanzado cotas impresionantes. Ahora, el mejor tenista de la historia de España afronta una nueva etapa con entrenadores completamente diferentes a los primigenios.

Las diferencias entre unos y otros

Mientras que Roig y el tío Toni incidían en puntos largos y en el desgaste psicológico del rival, la dupla formada por Moyá y López buscan alargar la carrera de Rafa a través de puntos más cortos, explosivos y dinámicos. Desde que Moyá entró a finales de 2016, el saque de Nadal experimentó una gran mejoría hasta tal punto de convertirlo en una fortaleza cuando antes era una debilidad.

La transición de la salida de Toni como entrenador de Rafa para dar paso a Moyá duró exactamente una temporada y la secuencia se ha repetido con Roig dejando su sitio a Marc López. Este último fue una pieza fundamental en la carrera de Nadal cuando vivió uno de sus puntos más bajos en los Juegos Olímpicos de Brasil 2016 ganando juntos una medalla de oro en dobles.

De López valora mucho Rafa su capacidad para ver el tenis fácil y también su calidad a la hora de mejorar el juego en la red. Como buen doblista, este técnico ha empujado a su pupilo a que mejore en esta faceta como ya hizo en su día Federer para conseguir ganar Grand Slams próximo a los 40 años de edad.

Estos cambios no son fruto de ninguna improvisación, sino de una evolución de Rafa Nadal como tenista. Del chico aquel que no daba una pelota por perdida y que era un auténtico frontón para los rivales quedan ya pocas cosas. El ganador de 22 Grand Slams ha ido ampliando su repertorio hasta conseguir que el físico no sea la clave de su juego.

Ahora posee un saque más que importante y unos golpes duros de fondo de pista que le otorgan un poderío capaz de contrarrestar a los mejores del circuito. Nadal, a sus 36 años, quiere seguir ganando y sabe que el camino que le queda no es nada sencillo. Seguro que con la ayuda de Moyá y López puede seguir agrandando su leyenda.