Esta era la forma de actuar de los espías en la Guerra Civil Española: agentes dobles y sabotajes

Las actuaciones de espionaje y contrainformación eran muy comunes en el desarrollo de la Guerra Civil española 

Caudé, 1937

Caudé, 1937 / SPORT.es

En la foto que acompaña a este pedacito de la historia de nuestro país, podemos ver a un hombre con la cabeza vendada. Británico que trabajaba para los soviéticos bajo la tapadera de periodista, acababa de organizar una masacre para, más tarde, ser condecorado por Franco.

La fotografía fue tomada en Caudé (Teruel) el último día del año 1937. Como esta historia, son muchos los episodios de espionaje que se vivieron durante el transcurso de la Guerra Civil española.

La Guerra Civil española comenzó el 17 de julio de 1936, cuando los generales Emilio Mola y Francisco Franco, iniciaron una sublevación para derrocar a la República elegida democráticamente. Fue el conflicto más sangriento que Europa occidental había experimentado desde el final de la Primera Guerra Mundial en 1918.

En este conflicto armado interno se evidenció la importancia de la información secreta, la infiltración y el espionaje, elementos que definieron muchas estrategias y los desenlaces en el campo de batalla.

La labor de los agentes ocultos, la decodificación de mensajes y el doble juego de lealtades no solo influyeron en el curso de la guerra, sino que también dejaron un legado perdurable en las tácticas de espionaje a nivel mundial.

En el ajedrez de la guerra civil, el Servicio de Investigación Militar (SIM) de la República y el Servicio de Información y Policía Militar (SIPM) del bando nacional emergieron como las piezas centrales de inteligencia, cada uno jugando un papel crucial en sus respectivos frentes. 

El SIM se enfocó en desarticular las operaciones enemigas y en recabar información vital para la causa republicana, mientras que el SIPM se especializó en la infiltración y el desmantelamiento de las redes de espionaje republicanas.

España fue un campo de pruebas para innovadoras técnicas y tecnologías de espionaje, muchas de las cuales sentaron precedentes para su uso en la Segunda Guerra Mundial. Destacó la interceptación de comunicaciones, una táctica vital que permitió a ambos bandos anticiparse a movimientos enemigos y ajustar sus estrategias. 

El legado de estas operaciones de espionaje se extiende más allá de los avances técnicos; influenció la estructura y estrategias de los servicios de inteligencia posteriores, que adoptaron y adaptaron lecciones aprendidas durante la contienda española. Además, el fascinante mundo del espionaje en la guerra civil ha dejado huella en la cultura popular.