Es, sin duda alguna, uno de los nombres propios de este mercado estival. Diego Carlos es el ejemplo fehaciente del ojo clínico de Monchi para transformar en oro todo fichaje que toca. Central revelación de la temporada pasada, ex aequo con su compañero Jules Koundé, el brasileño llegó al Sánchez Pizjuán de ‘tapadillo’ tras un negocio de 15 millones con el Nantes. Ahora su precio se ha multiplicado. Liverpool, Manchester United y otros gigantes potentados europeos han preguntado por él. La respuesta desde Nervión siempre ha sido clara: negociación a partir de 60 ‘kilos’.

Diego Carlos tranquiliza al sevillismo (leer noticia)