Tour Femmes

Vollering gana el Tour convertida en la nueva estrella del ciclismo femenino

A los 26 años lleva una temporada de ensueño después de ganar las clásicas de primavera y ser segunda en la Vuelta ante su compatriota Van Vleuten, con la que se enemistó en la ronda española

Demi Vollering, en el momento que se confirma su victoria en el Tour Femmes. / LE TOUR

Demi Vollering, en el momento que se confirma su victoria en el Tour Femmes. / LE TOUR / Tour

Sergi López-Egea

Demi Vollering se lanzaba al suelo extenuada y, aun sabiéndolo, quería confirmar, preguntando a los auxiliares, si había ganado el

Tour

. A pocos metros de distancia, al lado de la plaza de Verdún de Pau, donde siempre sale o llega la ronda francesa, indistintamente del sexo de los participantes, Lotte Kopecky, su compañera de equipo, jersey verde y líder de la carrera hasta el Tourmalet, acariciaba a su perro, que había viajado desde

Bélgica

con sus padres. Las dos corredoras se abrazaban. Con los nervios se le caía la bici al suelo a Vollering. Habían logrado ser las dos primeras del Tour Femmes, finalizado tras semana de combate deportivo. Por si fuera poco, su compañera suiza en el SD Worx, Marlen Reusser, había ganado la contrarreloj final. Felicidad total en el mejor equipo ciclista femenino del mundo.

En el otro extremo de la plaza, Annemiek van Vleuten, 40 años de gloria

ciclista

, no había tenido el día, cansada de la batalla en el Tourmalet. Todo el equipo del Movistar la había seguido por tele desde el exterior del autocar. Pero la fuerza y las vibraciones no habían sido suficientes para impulsarla al podio, que perdió a modo de chocolate, ante Kopecky y también con la polaca Katarzyna NieviadomaVan Vleuten se despide del ciclismo a finales de año, quizá para establecerse en Cantabria donde pasa buena parte del año.

Máxima felicidad

Vollering, ya en el podio, exponía su máxima felicidad. “Para ganar el Tour no basta con trabajar duro, hay que creer en ello. Son tantas las emociones”. No era para menos puesto que en 2023, con 26 años, se ha convertido en la nueva estrella del ciclismo femenino, la corredora total, la que ganó en primavera la Strade Bianche, el Tour de Flandes, la Amstel Gold Race, la Flecha Valona y la Lieja-Bastoña-Lieja, segunda en la Vuelta y ahora primera en el Tour Femmes.

Élisabeth Borne, primera ministra francesa, feliz por apoyar al deporte femenino y vestida con una chaqueta amarilla, le entregaba a Vollering el jarrón que reciben desde hace lustros los vencedores del Tour, el que tiene Pedro Delgado en Segovia o los cinco de la colección de Miguel Induráin en Pamplona. Y Vollering agradecía en inglés el apoyo de los franceses, los que respetan hasta límites estratosféricos la cultura del Tour, al margen de que sean hombres o mujeres los que se muevan sobre una bici.

No podía participar de la fiesta Van Vleuten, respetada al máximo por el conjunto español Movistar, que en diciembre se quedará sin su referencia, sin fichaje estrella a la vista “porque no hay nadie que pueda reemplazarla” y porque Vollering está amarrada por el SD, tratarán de destacar como bloque, el que los ha llevado a ganar dos etapas en este Tour, con la alemana Liane Lippert y con la danesa Emma Jorgenssen, aunque sin españolas a la vista, Mavi García, que no participó enferma de la última etapa, y Ane Santesteban, al final octava de la general, corren en estructuras extranjeras.

Van Vleuten, vencedora del Tour 2022, ha recompensado al Movistar esta temporada con las victorias en la Vuelta y el Giro. Y en la Vuelta comenzó la enemistad entre Van Vlueten y Vollering, quizá producto de un malentendido. Vollering se había parado a orinar. Las mujeres ciclistas lo tienen más complicado que los hombres y pierden más tiempo. Justo en ese instante, en Cantabria, cuando Vollering estaba en la cuneta, Van Vleuten atacó para comenzar a ganar la Vuelta. Vollering se sintió traicionada, pero Van Vleuten explicó que había escogido el ‘lavabo’ en mal lugar porque allí tenía ella preparado el ataque; en un repecho, el lugar que le había escogido Óscar, su novio cántabro. Todo quedó en el olvido sobre el podio del Tour.