Las graves amenazas a un tenista: "Muere en el infierno, corrupto"

El italiano Andrea Vavassori, después de perder en Estocolmo contra el libanés Benjamin Hassan, recibió un alud de mensajes hostiles

"Muere en el infierno, puto tenista corrupto" u "Ojalá te rompas las piernas" son sólo algunos que el propio Vavassori ha denunciado

Andrea Vavassori, en una imagen de archivo

Andrea Vavassori, en una imagen de archivo

SPORT.es

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Lamentablemente el mundo del deporte a veces se ve manchado por el de las apuestas deportivas. El tenis es uno de los que siempre ha salido más perjudicado, sobre todo en torneos menores donde las sospechas suelen estar encima de los tenistas. No obstante, son excepciones pese a que los apostadores frustrados no ven más allá de sus pérdidas económicas. El último en vivirlo ha sido Andrea Vavassori.

El tenista italiano, 147 del ranking, disputó la fase previa del ATP250 de Estocolmo contra el libanés Benjamin Hassan (161). Después de un igualadísimo encuentro, resuelto en casi tres horas y con tres tie breaks (6-7(5), 7-6(5) y 7-6(5)), Hassan se llevó el gato al agua.

Ese desenlace provocó un alud de mensajes privados a Vavassori a través de Instagram, red social desde la que el propio deportista transalpino ha denunciado las lamentables palabras. "Muere en el infierno, puto tenista corrupto", Ojalá te rompas las piernas", "Cómo arreglas partidos así" o "Un día, en algún lugar, nos enconraremos..." son sólo algunas de las amenazas que recibió.

Vavassori acompañó este post en sus 'stories', con la captura de los mensajes citados, con el siguiente texto: "Llegué a las 4 de la mañana desde Málaga, probé las condiciones aquí en Estocolmo apenas 30 minutos antes del partido. Jugué un partido fantástico contra un tenista realmente bueno que finalmente jugó genial bajo presión. 3 puntos de partido sin convertir y un partido peleado hasta el final. Esto es lo que merezco. Gracias".

Tiró de sarcasmo el italiano para denunciar una realidad que cada vez afecta a más tenistas que es la de recibir el odio y frustración de los apostadores que han perdido dinero al no acertar sus pronósticos de sus encuentros. Una lacra que debe terminar cuanto antes, aunque difícil de perseguir por el anonimato que brindan las redes sociales.