Laura Ester & Judith Forca, entre la tierra y el agua

Ganaron la sexta Champions con su club, el Sabadell. Lo hicieron con una medalla de plata conseguida en los Juegos Olímpicos de Tokio y decenas de premios grupales e individuales ganados como las grandes waterpolistas que son

Su mirada está puesta en el Mundial que se celebra en pocos días y en visibilizar el deporte femenino. Tienen los pies en la tierra y los logros para hacerlo posible, en el agua

Laura Ester & Judith Forca, entre la tierra y el agua

Laura Ester & Judith Forca, entre la tierra y el agua / Valentí Enrich

Carme Barceló

Carme Barceló

Son valientes, talentosas y reivindicativas. Acumular tantos títulos, medallas y premios individuales las ha hecho crecer aunque no multiplicarse. Me explico. A ambas waterpolistas, absolutos referentes del deporte femenino, aún les cuesta que sus logros sirvan para sumar recursos y visibilidad. Con un Mundial por delante -empieza el próximo 16 de julio y será la antesala de los Juegos Olímpicos de París-, Laura Ester y Judith Forca lo afrontan “con la máxima exigencia porque lo queremos y lo debemos ganar. "Es factible”.

Este brutal nivel de exigencia es algo con lo que conviven ambas con naturalidad. “Estamos acostumbradas a enfocar a lo grande -explica Laura- pero nada es fácil. Ahora entrenamos ocho horas diarias. No nos regalan nada”. Las dos son jugadoras del CN Sabadell y, como dice Judit, “casi se da por hecho que lo vamos a ganar todo. Pero detrás de esas victorias hay una dedicación, un ‘curro’ y un sacrificio que la gente no ve. ¿Reivindicación? Dedicamos nuestra vida a ésto y nos merecemos lo que ganamos. Muchos dan por supuesto que lo vamos a conseguir todo”. Ester añade que “llevo diez años en la selección logrando medallas y nos dedican espacio sólo cuando subimos a un podio”. Lo cierto es que trabajan duro para las que suben ahora. Picamos piedra por las que vienen detrás”, remata Forca.

Destilan positividad y buen rollo. Disfrutan de esta sesión de fotos aún cuando les ha supuesto levantarse antes de las siete de la mañana. Acostumbradas al máximo esfuerzo, jugar a ser modelos en plena selva les divierte muchísimo. Realistas, tocan de pies en el suelo “aunque hemos normalizado estar cómodas flotando. Es nuestro medio y nuestra vida”. Entre ellas se apoyan -“somos una familia dentro y fuera del agua”- y viven, como dice Laura, “la soledad del deporte de élite”. Pero el equipo siempre está ahí. Para los “momentos ‘chof’ que tenemos” y para esos triunfos individuales que todas celebran como propios. Así lo vivió Judith Forca, la mejor jugadora de waterpolo de Europa el pasado año. “Es la primera vez que iba paseando por Sabadell y la gente me paraba. Aluciné”, explica entre risas. Un reconocimiento local cuando la gesta es continental. Como esa medalla de plata olímpica que ambas consiguieron en Tokio y apenas sirvió para enfocarlas un poco más. Ojalá este Mundial las coloque en el lugar que merecen.

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