Tres son multitud

La liga australiana se reanudó el fin de semana pasado con la selección nacional recién aterrizada del emirato

Ni un día de relax tuvieron los ocho internacionales que militan en clubes del país oceánico

El Melbourne City, en uno de sus últimos encuentros

El Melbourne City, en uno de sus últimos encuentros / Melbourne City

Roger Xuriach

Roger Xuriach

Jamie Maclaren plantó el balón en el punto de penalti y sintió algo extraño. Delante se encontraba Andrew Redmayne, con su característica barba, hasta hacía bien poco su compañero en Catar. No le tembló el pulso al ‘9’ del Melbourne City, que marcó desde los once metros y corrió a celebrarlo con Matthew Leckie, otro de los hombres destacados de los ‘Socceroos’ en el Mundial.

Esta escena ocurrió el sábado pasado en Sídney, es decir, exactamente siete días después de que Australia cayera en los octavos de final ante Argentina. Así se las gasta la A-League. La liga australiana se reanudó el fin de semana pasado con la selección nacional recién aterrizada del emirato.

Ni un día de relax tuvieron los ocho internacionales que militan en clubes del país oceánico. Maclaren, Leckie y Tulio tuvieron minutos con el Melbourne City. El portero Redmayne fue titular con el Sydney FC. Vukovic, Kuol y Cummings jugaron para el Central Coast Mariners. Solo Goodwin, del Adelaide United, descansó.

Pero volvamos a Melbourne. Si siguen esta sección sabrán que, uno, las mayores rivalidades se forjan por pura envidia (¿qué hace otro club por aquí si ya estoy yo?); y dos, si un equipo termina en ‘City’, es probable que los tentáculos de los Emiratos Árabes estén detrás. Con estas coordenadas, habrán adivinado que el conjunto clásico de la ciudad no es el Melbourne City.

Tampoco lo es el Melbourne Victory, ojo, su rival hoy en la octava jornada del campeonato. Ni el Western United FC, el último en llegar a la capital del estado de Victoria y vigente campeón de la A-League, tras vencer precisamente al City en la gran final del pasado mes de mayo. Fue la primera ocasión, por cierto, que el duelo involucró a dos equipos de la misma ciudad.

Pero decíamos que ninguno de los tres representantes de Melbourne en la élite puede arrogarse el derecho a ser considerado ‘histórico’. Y eso ocurre porque todavía existen clubes como el Melbourne Knights o el South Melbourne, fundados por migrantes croatas y griegos, respectivamente, en los 50, una década marcada por los Juegos Olímpicos de Melbourne (1956), todo un hito en el hemisferio sur.

Estos dos clubes, que tuvieron sus días de gloria en los 80 y 90, dieron un paso atrás con la creación en 2005 de la A-League. Nadie los ha vuelto a reclamar en la élite y, aunque siguen conservando fama y popularidad (los dos militan en el fútbol semiprofesional con una afición fiel), han quedado por detrás de las tres franquicias.

Triple rivalidad concentrada

El Victory es el único de los clubes de Melbourne que participa en la A-League desde su creación. Fundado un año antes que el campeonato, en 2004, acaba de cumplir la mayoría de edad. Ha ganado tres veces la liga regular y cuatro veces la Grand Final (el duelo que decide al campeón anual), un palmarés que lo sitúa como el segundo equipo más laureado de Australia, solo por detrás del Sydney FC. Su máximo goleador histórico es Archie Thompson, cuyo nombre quizá les suene: en 2001 se convirtió en el jugador que más goles ha anotado en un partido internacional. Concretamente 13 de los 31 de Australia a Samoa Americana.

El City, por su parte, irrumpió en la ciudad en 2009. Fundado inicialmente como Melbourne Heart, no fue hasta 2014 que cambió de nombre... y de dueño. 12 millones de dólares pagó el City Football Group, el grupo propiedad del jeque Mansour bin Zayed, de Abu Dhabi, que controla otros clubes como el Manchester City, el New York City o el Girona.

Precisamente esta singularidad posibilitó que David Villa jugara unos partidos con el Melbourne City durante su etapa en Nueva York. Pero también generó controversia, como cuando la liga australiana prohibió a la nueva entidad usar la terminología ‘sky blue’, pues entraba en conflicto con la idiosincrasia del Sydney FC.

Desde entonces, los jugadores del Melbourne City se definen como ‘city blue’, el color celeste de toda la vida que, por otra parte, llevan paseando por la gran final de la A-League desde 2020. De estas tres finales consecutivas, el City solo ha logrado ganar la de 2021.

Para rizar el rizo, desde la 19-20 hay un tercer elemento en discordia. Se trata del Western United FC, que en poco más de tres años ya ha logrado el título de liga. Pero al vigente campeón no le están saliendo las cosas este curso, y verá el derbi entre los otros dos vecinos desde la última posición. En lo alto de la tabla, un City feliz, más todavía desde que los internacionales australianos (sobre todo Jamie Maclaren, máximo goleador del campeonato) han regresado al equipo. Al choque llega algo peor el Victory, esperando en la zona media de la clasificación a que una de sus estrellas, el portugués Nani, vea portería.