REAL MADRID

La madre de James critica a Jiménez Losantos

María Pilar Rubio, madre de James Rodríguez, carga con dureza contra Jiménez Losantos por criticar a su hijo

Daniela Ospina y Jiménez Losantos

Daniela Ospina y Jiménez Losantos

Sport.es

María Pilar Rubio, la madre del crack madridista James Rodríguez, sale en defensa del futbolista y de la esposa de éste, Daniela Ospina por el acoso despiadado y sistemático que según ella ambos han sufrido en las redes sociales y en los medios de comunicación.

En su extensa carta abierta, publicada en el diario colombiano 'El Tiempo', da palos al periodista Federico Jiménez Losantos que “hace el ridículo” en el Mira quien baila colombiano “porque se mueve como un palo” y porque”arremete verbalmente a Daniela”.

La carta es la siguiente:

“Me he mantenido al margen de todos los comentarios dañinos en torno al ‘matoneo’ en contra de James y Daniela. Lo que me parece más triste de todo esto es que los medios se presten para difundir tantas mentiras juntas, sin pruebas y sin fuentes serias que corroboren todos los disparates que hablan. Las críticas constructivas, bienvenidas sean: no somos perfectos y podemos cometer errores. No somos Dios. Que James tenga un mal partido o que Dani no tuvo una buena presentación (en el programa de RCN Bailando con las estrellas) es tan normal como cualquier profesional que tiene un mal día. Ustedes, los que tanto critican y hablan de moral en las redes sociales, ¿no han tenido épocas malas? Imagino que son perfectos hasta en su físico, como el periodista español Federico Jiménez Losantos, que agredió verbalmente a Daniela, refiriéndose a ella en unos términos tan ruines y bajos. ¿No es esto una forma de violencia contra la mujer? Qué tan profesional es el periodista que está detrás de un micrófono y habla así de una mujer… ¡Es ‘matoneo’! Nadie sabe lo que se siente detrás de todo esto. El hecho de que sean personas públicas no es una excusa, tienen derecho a ser respetados como cualquier ser humano. Es tan importante el señor que vende los dulces en la esquina de mi casa como el Presidente. No entiendo cuál es la filosofía de vida de estas personas. ¿Será que tienen familia? ¿Hijos? ¿Quién es peor, el que genera el bullying o los que celebramos? Somos igual de culpables todos. Qué triste que una persona, para poder comer, tenga que dañar la vida de otros. 

Hago un llamado de solidaridad para que evitemos los comentarios dañinos. Somos humanos, todos somos iguales ante Dios, así que ¿por qué nos hacemos daño de esta manera? ¿Las personas que ejercitan el ‘matoneo’ se han puesto del otro lado en algún momento? ¿Será qué piensan en la otra persona, en lo que sienten? ¿Piensan alguna vez que podría tratarse de su esposa, de su madre o de sus hijos? Vivo muy orgullosa de mi país y de las personas que dejan siempre nuestra bandera en alto, sean deportistas, políticos, profesionales en cualquier rama, el policía, el militar, el cantante, el actor, la actriz, el empresario; en general, el colombiano bueno, el colombiano alegre, el que cree, el que apoya, el que siempre está dispuesto a hacer la cosas bien y con alegría. ¡Sí! El colombiano como tú, como yo, como James, como Daniela, que se sienten orgullosos de su país donde estén, que a pesar de que nos digan sicarios, ‘traquetos’, ‘prepagos’ o ladrones sabemos que los buenos somos más y que tenemos un país que muchos envidiarían tener. Entonces, me pregunto: ¿por qué no cuidar y proteger lo nuestro? Les dejo esta reflexión, como madre, abuela y suegra, que sufre tanto o más que ellos porque seguramente no tengo la fortaleza mental de James ni su capacidad de sobreponerse a todo, ni la valentía y la paciencia de Daniela. Tengo valores y conozco perfectamente el significado de las palabras respeto, solidaridad y agradecimiento. De ellos (Daniela y James) aprendí que el sol sale todos los días para los que siempre ven la vida con optimismo; sencillamente se levantan, se sacuden y siguen adelante. ¿Saben por qué? Porque tienen la entereza, el ingenio, el espíritu de lucha y la berraquera que caracteriza a los colombianos. Entonces repito: ¿por qué no proteger siempre a los nuestros?”.