Guardiola recupera su aura en el Santiago Bernabéu

El entrenador del Manchester City visitó por undécima ocasión el estadio madridista, donde solo ha perdido dos veces

Los zapatazos desde fuera del área de Vinicius y De Bruyne dejan la eliminatoria en el aire

Real Madrid - Manchester City | El gol de Kevin de Bruyne

De Bruyne empató el partido en el 67 de juego / TELEFONICA

Francesc J. Gimeno

Francesc J. Gimeno

El aura de Pep Guardiola, entrenador del Manchester City, volvió a aparecer este martes en el Santiago Bernabéu, un escenario donde ha vivido algunos de sus mejores momentos como técnico y donde en su anterior visita encajó sin duda una de sus derrotas más dolorosas. El 1-1 de la ida deja la eliminatoria en el aire, cuyo desenlace se vivirá dentro de siete días en el Etihad Stadium. A diferencia de la pasada temporada, esta vez el equipo madridista no contará con el factor campo a su favor. Se lo jugará a cara o cruz en un estadio donde nunca ha sido capaz de ganar. El balance en sus cuatro visitas anteriores es de dos derrotas y dos empates, siempre en la Champions League.

Guardiola visitó el Bernabéu por undécima ocasión y demostró que no ha perdido su aura de azote del Real Madrid. Su balance allí es de seis victorias (cinco de ellas como técnico del Barcelona), dos derrotas y tres empates. Pocos técnicos pueden presumir de unas estadísticas similares en terreno madridista, aunque en los últimos años parecía que había perdido algo de su magia y de su poder intimidatorio. Con el Bayern de Múnich encajó una derrota y con sus dos visitas previas con el City sumó una victoria y una derrota.

PRIMER DISPARO

El Manchester City no falló esta vez, aunque estuvo coqueteando con el desastre como consecuencia del gol de Vinicius en el primer disparo a portería de los blancos. El partido había sido hasta entonces un monólogo del conjunto inglés, pero el Real Madrid no perdió el oremus y dio el zarpazo cuando olió la sangre y encontró la primera vía de agua. El tanto levantó a los blancos y dejó tocados a los ‘sky blues’, que paradójicamente encontraron el empate cuando más parecían estar sufriendo.

Había mucho interés por ver el estreno de Erling Haaland en el Bernabéu, pero el noruego apenas apareció. En cambio, sí lo hicieron Vinicius y De Bruyne con dos zapatazos desde la frontal del área que dejan la eliminatoria sin un claro favorito de cara al segundo y definitivo partido.

Pep Guardiola y Carlo Ancelotti vivirán en el Etihad Stadium su décimo duelo personal, cuyo balance provisional es de cinco triunfos para el catalán y tres para el italiano. Este martes empataron por primera vez. Eso sí, el técnico madridista puede presumir de haberle puesto siempre las cosas muy difíciles a su colega en la máxima competición continental. Ambos se han enfrentado en cinco ocasiones y Ancelotti domina claramente con tres victorias, una derrota y el empate de ayer. El italiano parece haber dado con la fórmula, aunque este martes comprobó que el efecto Guardiola aún sigue muy vivo cuando le toca visitar el Santiago Bernabéu.

ACOGIDA

Como era de prever, el técnico catalán no tuvo una buena acogida. La afición madridista le recibió con una impresionante pitada en cuanto su nombre apareció en el marcador después de que se anunciara el once inicial del Manchester City y la relación de los jugadores suplentes. El estadio madridista, que registró un lleno absoluto con 63.485 espectadores, de los cuales unos dos mil eran seguidores del City, se despachó a gusto contra el técnico catalán. La afición madridista tiene muy presente que Guardiola fue un auténtico azote durante su exitosa etapa en el Barcelona. Le tuvieron enfrente en quince ocasiones y el Real Madrid solo fue capaz de derrotarle dos veces, mientras que el catalán celebró nueve victorias. Un balance intimidario.

Quien sí le recibió con su característica caballerosidad fue Ancelotti. Guardiola, que lucía una camiseta y una americana oscura, se abrazó con el italiano instantes antes de que arrancase el partido. Fue un saludo afectuoso entre dos entrenadores que se repetan y se admiran. Ambos mantienen brillantes trayectorias en el mundo de los banquillos. Ambos acumulan más de 2.000 partidos en la élite nada más y nada menos. 814 suma el catalán por 1.240 el italiano.