Bale, el tuerto en un ataque de ciegos

El galés tiene sitio en un ataque sin pegada en el que solo Benzema cumple con la misión de golear

Su regreso es el mejor parche para paliar la crisis goleadora que arrastran los blancos desde la salida de CR7

Bale avisa: "Estoy en plena forma"

Bale avisa: "Estoy en plena forma" / Perform

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

El Real Madrid tiene que seguir viviendo del pasado. El regreso de Gareth Bale es el mejor parche para el ataque blanco en su intento de paliar la crisis goleadora que arrastran los madridistas desde la salida de Cristiano Ronaldo. Solo la esperanza de fichar a Mbappé solucionaría un déficit que empieza a preocupar a Carlo Ancelotti, un técnico de ideas ofensivas que empieza a entender los problemas con los que se encontró su antecesor Zinedine Zidane.

Solo Benzema cumple con la misión de golear y la vuelta de Bale, tras su año cedido en el Tottenham, concede cierto respiro a una línea que no pasa de amenazar a las defensas rivales. Sus números no es que sean una locura, pero superan de largo al de resto de delanteros menos al francés. Marcó 16 goles en el equipo inglés el año pasado por 25 en total entre los 6 delanteros: Jovic, Mariano, Vinicius, Hazard, Asensio y Rodrygo. Es el tuerto en un ataque de ciegos.

LA NECESIDAD ENFRÍA SU PASADO

El año de cesión en el Tottenham enfría sus antecedentes y sus relevos no han sido capaces de borrar su recuerdo por sus bajas prestaciones. Su problema sigue siendo su fragilidad física que le impiden tener continuidad y que Carlo Ancelotti va a tener que manejar con delicadeza. Su titularidad tendrá que ser medida con precaución para evitar las lesiones que provocaron su caída, esa que no supo asumir y a la que él ayudó con una actitud de desprecio e indisciplina hacia su equipo.

Bale, 33 años, tiene un año más de contrato que el Real Madrid no tiene intención de renovar por su altísimo salario, 15 millones de euros netos. Será su última temporada en el equipo madridista y tiene la oportunidad de despedirse dejando un buen sabor de boca después de decepcionar al club y a la afición que le llevó a ser cedido a costa de asumir la mitad de su altísimo salario.