Cómo salir bien del Barça

Sandra Paños ante la Roma

Sandra Paños ante la Roma / FCB

Maria Tikas

Maria Tikas

Una de las asignaturas pendientes del Barça de los últimos años ha sido, sin duda, la de las salidas. Con la excepción de leyendas como Laura Ràfols, Vicky Losada o Melanie Serrano, que anunciaron con cierto tiempo de margen su adiós y que tuvieron su rueda de prensa y/o su homenaje en el campo, o como Kheira Hamraoui, que pudo despedirse también de la afición culé, una lista considerable de futbolistas azulgranas salieron de malas maneras.

Ana-Maria Crnogorcevic fue la última. La helvética conoció, a finales de agosto del año pasado y tras volver del Mundial pensando que iba a seguir en el club, que no se contaba con ella y que tenía que buscarse equipo. Dejó un recado a la dirección deportiva a través de sus redes sociales: “No era mentira cuando os dije que quiero volver a celebrar una Champions más con vosotros […], pero los últimos días han cambiado todo. Volví con muchas ganas y por eso aún duele más y estoy muy decepcionada cuando me enteré que ya de repente no se contaba conmigo. […] Deseaba despedirme de otra forma de vosotros y espero que me lo perdonéis”. 

Lo mismo, mes y medio antes, con Nuria Rábano, que se vio obligada a rescindir su contrato “cuando nadie me había dicho nada antes” y acabó en el Wolfsburgo, después de unas semanas “en las que he estado muy dolida y un poco en 'shock'”. O el año anterior, uno de los más movidos, con Andrea Falcón y Andrea Pereira, que tuvieron que irse a México porque los equipos en Europa tenían ya hecha la planificación para esa temporada.

Nadie pone en duda las salidas en sí en lo deportivo, pues tanto entrenadores como dirección deportiva tendrían sus motivos, más que válidos. Pero sí las formas una de las partes. 

Diferente fue el caso de Lieke Martens, pieza clave en el crecimiento del equipo desde que fichó por el Barça en 2017. Su renovación se daba por segura en el club mientras que ella tuvo dudas hasta al final, por motivos familiares y económicos, y se acabó yendo, libre, al PSG, algo que trastocó por completo la planificación del equipo para la siguiente temporada.

Este año, sin embargo, Jonatan Giráldez marcó el camino de cómo hacer bien las cosas. El técnico anunció que no seguirá en el banquillo culé a partir del 30 de junio en una rueda de prensa ejemplar en diciembre. Para que no se generase ruido alrededor de su figura que pudiese provocar distracciones, para que el equipo pudiese centrarse en lo deportivo y para que Marc Vivés tuviese margen para trabajar en la elección de su sucesor.

También Sandra Paños, que conoció con cierta antelación los planes del club en la portería y tomó la decisión de irse por la puerta grandedespués de nueve años y una carrera admirable en Can Barça.

Ambos tendrán la posibilidad de tener su homenaje a final de temporada y de disfrutar de sus últimos meses en el club sin ninguna incertidumbre. Oshoala salió, un poco de imprevisto, en el mercado de invierno y aun así se despidió del equipo y mandó un vídeo que fue proyectado en el marcador del Johan Cruyff en el primer partido de febrero. Esto sí es hacer bien las cosas. Veremos qué pasa con Alexia, Mariona, Bronze y Gemma Font, carpetas todavía pendientes a día de hoy.