La prueba de fuego del nuevo Barça

Xavi Hernández durante un entrenamiento en la Ciudad Deportiva Joan Gamper

Xavi Hernández durante un entrenamiento en la Ciudad Deportiva Joan Gamper / EFE

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El nuevo Barça de Xavi se enfrenta a una prueba de fuego decisiva: cinco partidos en trece días con la traca final del clásico en el Bernabéu. El proyecto que está construyendo el técnico blaugrana ha encontrado un punto de inflexión con las tres goleadas consecutivas ante Valencia, Nápoles y Athletic. Un triplete de victorias convincentes que ha servido para confirmar que el camino iniciado hace poco más de tres meses con la llegada de Xavi al banquillo del Camp Nou es el correcto. No solo es el correcto, sino que es el único. Recuperar el estilo para conseguir que el Barça vuelva a ser reconocible. Que el Barça vuelva a ser el Barça. El Barça que ‘inventó’ Cruyff, que mejoró Guardiola y que ha reencontrado Xavi. La trilogía de entrenadores del método. Un método que debe conducir a la resurrección del equipo. Y, en breve, a los títulos.

Ganar esta Liga es un sueño casi imposible. El Barça le ha dado demasiada ventaja al Madrid. Los blancos no son, ni mucho menos, un conjunto solvente. Pero los 18 puntos de diferencia que hay en estos momentos en la clasificación (que podrían ser 12, en el mejor de los casos, si el Barça gana hoy y el partido pendiente contra el Rayo) se antojan insalvables. El objetivo en la Liga es clasificarse entre los cuatro primeros para asegurarse la participación en la próxima Champions. Otra cosa es la Europa League. Tras la exhibición en Nápoles, el Barça se ha convertido en el gran favorito en esta competición. Es verdad que se trata de la segunda división europea, pero ganarla serviría para demostrar que, tras años de fracasos continentales, el Barça vuelve a ser un actor principal a tener en cuenta.

Esta prueba de fuego de cinco partidos en dos semanas se inicia esta tarde en Elche, prosigue con el doble enfrentamiento de octavos de final de la Europa League contra el Galatasaray, con el duelo ante Osasuna incrustado en medio, y acaba con el clásico del día 20, antes del parón de selecciones. Este enfrentamiento contra el Madrid será determinante. No, insisto, por la lucha por la Liga. Sino para calibrar el potencial real de un Barça que ha perdido sus últimos cinco encuentros contra los blancos. Ganar en el Bernabéu sería anunciar, por todo lo alto, el regreso del gran Barça. Un Barça que vuelva a ser respetado, un Barça que vuelva a ser elogiado, un Barça que vuelva a ser temido... Un Barça que aspire, otra vez, a ser el mejor equipo del mundo. Como lo fue el Barça de Cruyff. O, por supuesto, el Barça de Guardiola.