Un proyecto que necesita paciencia

Xavi Hernández, después de la eliminación de la Champions

Xavi Hernández, después de la eliminación de la Champions / Javi Ferrándiz

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Hoy se cumple un año de la destitución de Koeman. Laporta mantuvo al técnico más tiempo del que hubiera sido prudente y, al final, no tuvo más remedio que prescindir del ‘héroe de Wembley’. El presidente inició entonces un periodo de reflexión sobre quién debía ser su sustituto. Incluso consultó a los capitanes en una cena en la que salieron los nombres de Pirlo y Xavi. Los futbolistas no dudaron en apostar por el exjugador blaugrana, a pesar de las iniciales reticencias de Laporta que no le veía todavía preparado para asumir el banquillo del primer equipo. Entre todos, asesores incluidos, le hicieron ver que la apuesta por Xavi sería ganadora. Era el técnico ideal para liderar la revolución y reconstruir la plantilla.

Su nombramiento generó una corriente de ilusión entre los culés, que idealizaban a Xavi como el ‘nuevo Guardiola’. Y esa euforia se mantiene, a pesar de que los resultados no han acompañado los primeros pasos del nuevo proyecto. La dolorosa eliminación de la Champions en la fase de grupos, por segunda temporada consecutiva, se saldó con una parte de la afición animando a todos los jugadores, que tuvieron que salir del vestuario. Un síntoma de que el barcelonismo cree firmemente en el futuro. Aunque el presente sea desolador. Al menos en Europa, donde ha quedado demostrado que este Barça no está, todavía, para competir con los grandes. 

¿Y ahora qué? Pues paciencia. Laporta ha hecho una valiente apuesta por el ‘todo o nada’. Ha activado cuatro palancas financieras y ha invertido más de 200 millones de euros en fichajes para crear un Barça campeón. Y, lógicamente, exige un retorno deportivo a la gran inversión económica. Pero es evidente que los títulos tardarán en llegar. Al menos en la Champions. Los rivales son aún mucho más potentes y equipos como el Bayern, el Manchester City, el Madrid o, incluso, el Inter, están varios peldaños por encima de los blaugranas. La eliminación antes de octavos de final es un fracaso, pero hay que agarrarse a los ‘brotes verdes’ de la Liga, donde el Barça sí puede aspirar a ser campeón. 

El Barça está creciendo. Seguramente más lentamente de lo que todos desearíamos. Pero hay que asumir esta realidad. Se necesita tiempo. Huir de las urgencias. Y seguir creyendo en Xavi. No lleva ni un año en el cargo (fichó el 4 de noviembre y debutó el 20 de noviembre en el derbi ante el Espanyol) y su Barça no tiene nada que ver con el que dejó Koeman. Se ha mejorado mucho. Muchísimo. ¿Suficiente? Todavía no. Por eso hay que tener paciencia...