Audiencia de Madrid

Pablo Iglesias e Irene Montero, en el juicio contra su acosador: “Tuvimos miedo. Era un lobo solitario que pudo cometer un atentado contra nosotros”

La jornada se ha visto afectada por continuos altercados. A la entrada, durante el receso, y a la salida del Juzgado, Iglesias y Montero se han visto increpados y amenazados: “a ti quiero verte yo en la calle”.

A juicio el simpatizante de Vox que acosó a Pablo Iglesias e Irene Montero y grabó en vídeo su chalé: "Garrapata, no pararemos hasta que os vayáis a Venezuela"

Comienza el juicio contra el hombre acusado de acosar durante meses a Iglesias y Montero

Agencia ATLAS

"Tuve miedo. Venía a cualquier hora, instigaba a que viniesen a mi casa y publicitaba todo en la red". Con estas palabras describía Irene Montero la situación vivida desde junio a diciembre de 2020. Marco temporal en el que fueron frecuentes las manifestaciones, concentraciones y caceroladas a las puertas de su casa. "Esa casa es, o debería ser, nuestro lugar seguro. El lugar más seguro para nosotros y nuestros hijos. A esa casa venían todos los días cientos de personas instigados por Miguel Frontera".

"Tuve miedo, claro que sí", ha definido Pablo Iglesias también. "No era una actuación de un grupo organizado. Mi jefe de seguridad alertó de que podía haber un peligro de ello. Era un lobo solitario al que su pasión puede hacerle cometer un atentado y el acusado cumple ese perfil".

Se llama Miguel Frontera y este lunes se sentaba ante el juez acusado de acosar e injuriar a la pareja a las puertas de su casa en Galapagar. La Fiscalía pide tres años de prisión. Afronta los delitos de acoso, descubrimiento de secretos y dos delitos continuados de injurias graves a la autoridad con publicidad.

“No tenía interés en acercarme a ellos", ha afirmado Miguel Frontera. Con ironía en ocasiones, semblante serio y relajado, se ha declarado inocente ante la jueza. "Era en plan mofa, por eso le ponía 'Viva España' de Manolo Escobar".

Considera, dice, que ejerció algo que el propio Iglesias había iniciado: "los escraches los inventó él, que pidió que se hicieran ante el Rey". Afirma que, pese a las acusaciones, no se acercó a Pablo Iglesias el día de su cumpleaños aunque sí le felicitó. "Fue a 200 metros". No le dijo "hijo de puta", cuenta, "felicidades Señor Iglesias, nada más".

La jornada ha estado marcada por las amenazas y enfrentamientos. A la entrada, durante el receso, y a la salida del Juzgado, Iglesias y Montero se han visto increpados y amenazados: “a ti quiero verte yo en la calle”. Han declarado como testigos cinco guardias civiles, dos policías nacionales y dos manifestantes más.

“Acosadores fascistas”

El juicio arrancaba a las diez de la mañana en la sede de Julian Camarillo de la Audiencia de Madrid. Se esperaba que Pablo Iglesias e Irene Montero acudieran a declarar en calidad de testigos y lo han hecho. El ex líder de Podemos y la que fuera Ministra de Igualdad lo hacian sobre las nueve y media de la mañana. A su llegada se han vivido momentos de tensión.

Un pequeño grupo de gente los recibía con insultos y descalificaciones como "jarabe democrático", "asqueroso", "vendeobreros", "miserable", "eres la ruina de los obreros…"; antes de amenazarles diciendo "a ti tengo ganas de encontrarte yo en la calle".

Ante la insistencia y el ataque del ciudadano su amenaza de verse fuera, Irene Montero no ha dudado en responder asegurando que no tenía ningún problema: "Yo salgo sin problema, sois unos acosadores fascistas".

Tras unos minutos tensos, el rifirrafe cesaba por intervención los guardias de seguridad. No obstante, se volvió a repetir. En torno a la una del mediodía, en los pasillos del juzgado, Irene Montero y Pablo Iglesias solicitaban la presencia de la Guardia Civil para identificar a un ciudadanos que, aseguran, les había "amenazado" dentro de la sede judicial.

Ya en la calle, volvió a pasar. Un grupo de personas se enfrentaba a ambos y fue necesaria la intervención policial.

Cacerolada en los alrededores de la vivienda de Iglesias y Montero en Galapagar (Madrid)

Cacerolada en los alrededores de la vivienda de Iglesias y Montero en Galapagar (Madrid) / EP

"Situación angustiosa"

"Entre el 15 de mayo y el 12 de diciembre de 2020", arranca el escrito de acusación del fiscal al que ha accedido el portal de sucesos e investigación de este grupo editorial, Miguel Frontera, que en sus redes sociales se pronuncia a favor de las políticas de Vox, "disconforme con la gestión por parte del Gobierno de la crisis derivada de la pandemia del COVID 19, y con la finalidad de protestar contra la misma -enfocando su malestar en las figuras del entonces Vicepresidente Segundo del Gobierno D. Pablo Iglesias, su pareja, la Ministra de Igualdad Doña Irene María Montero Gil, y sus tres hijos -de dos y un año de edad-, estuvo acudiendo a las inmediaciones del domicilio familiar de éstos situado en Galapagar".

"Era una situación angustiosa", ha descrito Iglesias. "Indescriptible", ampliaba Montero. Que apuntaba que al estrés de los gritos, se sumaban sus pequeños, de dos y un año, también. "Tuvimos que cambiar hasta su patrón de sueño", describe el ex líder de Podemos. "Las concentraciones ganaban intensidad en torno a las ocho y nueve de la noche".

“Felicidades, hijo de puta”

La fiscalía tilda de pacíficas sus visitas al principio, "se limitó a sumarse a las concentraciones diarias que se producían al final de la tarde por parte de algunos ciudadanos", algo que cambió después.

"En pocos días", describe el fiscal, "incrementó su actividad comenzando a portar un aparato de música con altavoces en el que se reproducía con el volumen alto el himno nacional y a proferir gritos dirigidos al Vicepresidente Segundo denominándole "chepas", "garrapata", o diciendo "no vamos a parar hasta que os vayáis a Venezuela" , o realizando caceroladas con las consiguientes molestias para los allí residentes".

El escrito de acusación fechas concretas, como la del 17 de octubre de 2020, cumpleaños de Pablo Iglesias. "Felicidades, hijo de puta", le espetó. Ocurrió, según describe el fiscal, delante de su hijos, a gritos y de nuevo, en la puerta del chalet. "Es falso, fue a 200 metros y le dije felicidades Señor Iglesias, hijo de puta no".

El acusado "se acercó a su domicilio y, cuando el citado salía con sus hijos del mismo, se acercó intentando llegar hasta él, lo que le fue impedido por parte de los agentes que allí se encontraban". Al no conseguirlo le gritó la felicitación con el insulto también.

“Se encaramó y grabó el interior. Fue una línea roja más. Podía grabar a los niños, incluso podía acceder a la casa"

Pablo Iglesias

Días antes, " en la parte trasera de la propiedad, donde se encuentra una roca de gran tamaño a unos 10 metros de la vivienda, Miguel Frontera se subió", asegura el fiscal, "y pudo ver el porche trasero de la vivienda y parte del jardín". Desde la roca, "comenzó a realizar una grabación de dicha zona con su teléfono móvil, hasta que fue sorprendido por los ocupantes de la vivienda", describe el ministerio fiscal.

"Fue una línea roja más. Podía grabar a los niños, incluso podía acceder a la casa", describe Iglesias. "No había límite", ha denunciado Montero. "Nos sentíamos vigilados y nos dijo, y dijo en redes sociales, que no iba a parar".

“Irene Montero, Ministra analfabeta cuyo mérito es tener las rodilleras gastadas"

A los insultos verbales, se le sumaron escritos. En junio de 2020, amplía el escrito del fiscal: “el acusado acudió portando una pancarta que exhibió ante los allí concentrados en la que había escrito el texto: "Pablo Iglesias…..hijo de terrorista", cartel- que portó los siguientes días 3 y 4, y a la que, el 5 de junio de 2020, añadió, en su cara posterior otro texto dirigido contra la Ministra de Igualdad". Decía, apunta el ministerio público: "'Irene Montero, Ministra analfabeta cuyo mérito es tener las rodilleras gastadas', pancarta con doble faz que portó hasta el 7 de junio en las concentraciones".

Tres años de prision

Por todos estos hechos, pese a que Frontera solicito su absolución -no aceptada-el simpatizante de vox ha acudido a declarar afrontando tres años de prisión. En 2021 argumentó en su escrito de defensa que era inocente. Lo ha vuelto a hacer hoy. El acusado insiste en que "no puede hablarse de la existencia de delito" ni de "participación alguna" en hechos de carácter delictivo, por lo que su abogada, Polonia Castellanos ('Abogados Cristianos'), ha insistido en "libre absolución". La misma letrada ha cuestionado a Iglesias al definir a Miguel Frontera como "simpatizante de la derecha más radical". Iglesias se ha remitido a la actividad de Frontera en redes, que ha esperado la llegada de este juicio sin ocultar su simpatía por VOX.

Desde el 29 de diciembre de 2020, el Juzgado de Instrucción nº 1 de Collado Villalba acordó la medida cautelar de prohibición al acusado de aproximarse a "D. Pablo Iglesias Turrión y Doña Irene María Montero Gil, a su domicilio, lugares de trabajo o cualesquiera otros que éstos frecuenten a una distancia inferior a 500 metros".

La fiscalía solicita que se mantenga durante tres años. Además, pide tres años de internamiento: un año de cárcel por un delito de acoso, dos más por uno de descubrimiento y revelación de secretos y cerca de 10.000 euros en multas por dos ilícitos más de injurias.

Miguel Frontera, antes de concluir, ha insistido en su inocencia. "Fue una protesta política, nunca hubo animadversión. Es doloroso estar aquí, por una protesta política, nada más". Visto para sentencia, ha concluido lo jueza, tras una sesión intensa que arrancaba a primera hora y ha concluido pasadas las tres.

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