Opinión

Nadie quiere irse del Barça

Laporta y Deco trabajan en la confección de la plantilla del FC Barcelona

Laporta y Deco trabajan en la confección de la plantilla del FC Barcelona / DANI BARBEITO

El director deportivo del Barça, Deco, está comenzando a sudar la gota gorda. Es el primero que tiene claro que a este equipo le faltan algunas piezas de peso para poder dar un salto en el proyecto, pero los números no le salen.

Deco está a la espera de que Joan Laporta dé luz verde de una vez por todas a la venta de Barça Studios por unos 200 millones de euros garantizados, con lo que se lograría entrar en la regla uno-uno para verano, pero a partir de aquí se deberían generar los recursos suficientes para poder fichar, al menos, a un extremo por la izquierda y a un pivote por delante de la defensa.

Y salvo malabares que nadie ve en estos momentos, la única varita mágica para lograr los millones mínimos necesarios es la venta de futbolistas. Cuanto más dinero entre en este concepto, más se podrá gastar en las incorporaciones soñadas. Pero si no hay ventas, la situación de mercado del Barça será igual o peor que el verano pasado, por lo que no quedará más remedio que tirar de cantera... y lograr algunas operaciones de riesgo como cesiones o fichajes a coste cero siempre que la ficha sea asumible. Un panorama que sería muy negro  si este equipo no logra ningún título este curso.

Deco es el primer ejecutivo consciente de esta situación. Y por ello se ha movido ya con muchos de los agentes de jugadores del primer equipo para saber sus intenciones a finales de temporada. Vaya, ha ido tanteando opiniones para tener claro el marco en el que debe moverse y si realmente hay opciones de que algún futbolista con cartel acepte escuchar ofertas que sean buenas para todas las partes.

Por ahora, Deco ha pinchado en hueso porque nadie se quiere ir del Barça. Ni algunos titulares que podrían ser tentados por ofertas millonarias mejorando su salario ni, evidentemente, los jugadores que tienen menos minutos y que podrían estar más predispuestos a confiar en otros proyectos que les den más protagonismo. Como sucedió en enero, aquí nadie desea marcharse porque fuera del Barça, esté como esté el club, suele hacer mucho frío.

El club blaugrana es consciente del embrollo y algunos querían cortar por lo sano en el caso de que el equipo se hubiese derrumbado. Consideraban que era el momento de tomar decisiones drásticas cayese quien cayese, pero los últimos buenos resultados lo han demorado todo para evitar malos rollos cuando aún se puede ganar algo.

El análisis está hecho y queda claro que el Barça está dispuesto a escuchar ofertas por casi todos. Y eso lo saben ya el entorno de los futbolistas, pero de eso a que acepten salir hay un mundo. Queda tiempo y pueden pasar muchas cosas, pero lo único claro es que si el Barça no logra vender muy bien, no se esperen fichajes pagando traspaso.

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