Cierto, Gerard: quizás te toca irte

Shakira y Gerard Piqué.

Shakira y Gerard Piqué.

Ernest Folch

Ernest Folch

El 14 de agosto del 2020, en el Estadio da Luz y tras la vergonzosa debacle ante el Bayern (2-8), Gerard Piqué ejerció una autocrítica valiente en el mismo césped y dijo: "Nadie es imprescindible, yo soy el primero que me ofrezco, si tiene que venir sangre nueva y cambiar esta dinámica soy el primero en irme, en dejarlo, porque creo que hemos tocado fondo." Casi dos años después y tras sendas temporadas en blanco, el Barça sigue en caída libre pero Pique sigue en el Barça.

Luis Suarez primero y Messi después fueron colocados en el centro de la diana y se tuvieron que ir del Barça por la puerta de atrás, con dos directivas diferentes pero de la misma triste manera. La cuestión es que dos veranos después, el Barça está en una situación crítica, en medio de una crisis deportiva y económica colosal, en la que la prioridad ya no es reconstruirse deportivamente sino simplemente sobrevivir. Mucho antes que plantearse el improbable fichaje de Lewandowsky o de cualquier otro crack mundial, el club está obligado a dar salidas con la máxima urgencia.

La situación descrita por el vicepresidente Eduard Romeu el pasado viernes es la de un club en bancarrota y acorralado por el 'fair play', incapaz incluso de inscribir a jugadores que ya tiene fichados o apalabrados. Ha llegado pues el momento de mirar directamente a los ojos a los más veteranos. Y el primero de la lista debe ser Gerard Piqué, el jugador mejor pagado según L'Équipe de La Liga, a pesar de los pantallazos con los que nos obsequió de su pretendida nómina. Piqué ha sido probablemente el mejor central de la historia del Barça y sigue siendo un excelente futbolista, pero ni ha podido ni ha sabido evitar otro año desastroso.

En un momento en el que el Barça no puede casi ni pagar las nóminas, una parte importante del barcelonismo agradecerá que Piqué, siendo coherente con lo que dijo hace dos años, se ofrezca para dar un paso al lado y dejar, como dijo él, que entre sangre nueva. Sería de agradecer que Piqué se ponga a disposición el club para que este le pueda bajar el sueldo o incluso despedir si es necesario: el Barça necesita ahora un gesto que arrastre a sus compañeros y sirva de ejemplo para el resto de la plantilla. Porque si Piqué quiere al Barça de verdad, ahora es el momento de que pueda demostrarlo. Si se fue Messi, la mayor leyenda que ha dado jamás el club, ni Piqué ni nadie tienen más argumentos para no ponerse inmediatamente a disposición del club. Gerard, te tomamos tu palabra en el Estadio da Luz. Como tu dijiste, el Barça necesita ahora que nadie, ni siquiera tu, sea imprescindible.

MENYS QUE UN CLUB, En qué se parecen el Bayern y el PSG

Solo hay un club más orgulloso y difícil que el PSG, y es el Bayern de Munich. El PSG lo es por rico, el Bayern lo es por historia y derecho propio. Por mucho que Lewandowski se haya mojado como no la hecho nunca ningún otro jugador para vestirse de blaugrana, las probablidades de que el Barça pueda fichar al jugador polaco son realmente bajas. Primero, porque el Barça no tiene dinero para convencer a nadie. Segundo, porque el jugador tiene un año más de contrato. Tercero, porque empieza a estar en juego el orgullo del Bayern, un club que puede preferir dejar a Lewandowski un año en blanco antes que ser humillado.

MÉS QUE UN CLUB, El dilema de un vicepresidente en alza

El pasado viernes, en los micrófonos de Rac1, el vicepresidente Eduard Romeu se mostró didáctico, ágil y con cintura para explicar la difícil situación económica que atraviesa el club. Después del adiós doloroso y poco explicado de Jaume Giró y Ferran Reverter, Eduard Romeu es la única personalidad que el club puede exhibir ahora mismo para presumir de gestión y confianza empresarial. El dilema de Eduard Romeu es el mismo que el de sus predecesores huidos: cree en un modelo que no es el de la empresa familiar que defiende Laporta. De momento aguanta el tipo y sabe dar la cara en los malos momentos.