Sin excusas, a por la Liga y la Copa

Xavi Hernández, en Old Trafford

Xavi Hernández, en Old Trafford / EFE

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El Barça se ha gastado el dinero que no tenía para hacer un equipo campeón. De ahí que la doble eliminación europea todavía duela más. Se ha ganado la Supercopa de España. Se está compitiendo con serias opciones por el doblete Liga-Copa. Pero los 213 millones invertidos desde diciembre de 2021 deberían haber servido para, como mínimo, no haber quedado fuera de la Champions en la fase de grupos y no haber sido expulsados de la Europa League a las primeras de cambio. Este Barça en construcción es fuerte en España pero aún débil en Europa. Y  los números lo reflejan con una terrible crueldad. El equipo de Xavi ha ganado 19 de los 22 partidos que ha disputado en la Liga. Sin embargo, solo ha logrado 2 victorias en 8 encuentros continentales y ambas ante el Viktoria Plzen. En la Liga, Ter Stegen solo ha encajado 7 goles en 22 partidos, a una media de 0,3 tantos por encuentro (o, lo que es lo mismo, un gol cada 282 minutos). En Europa, el portero alemán ha recibido 16 goles en 8 partidos, a una media de 2 tantos por encuentro (un gol cada 45 minutos). 

Estos datos, dramáticos, no justifican por si solos la decepción europea, pero son un síntoma que demuestra que el Barça aún no está en condiciones de competir (y ganar) a los grandes rivales continentales. Las desconexiones que sufre el conjunto blaugrana en las segundas partes o la incapacidad para sentenciar los partidos con un segundo o un tercer gol generan muchos más problemas en Europa que en España. La intensidad y el ritmo de los equipos europeos es mucho mayor que la de los españoles. Y partidos que el Barça ha ganado sufriendo en la Liga (hasta 9 victorias por la mínima) han sido derrotas en la Champions y la Europa League. 

EL TRIPLE CLÁSICO, EN EL HORIZONTE

El Barça, sin embargo, no debe regocijarse en su desgracia (las lesiones de jugadores vitales en momentos decisivos y la mala suerte en los sorteos también han influido) y debe mirar hacia el futuro inmediato. En el horizonte más próximo está el triple clásico contra el Madrid que puede decidir la suerte blaugrana en la Liga y la Copa. Conquistar un triplete ‘nacional’ en la primera temporada de la nueva era sería un éxito que amortiguaría el ‘fiasco internacional’. No es un consuelo, porque el Barça está obligado a ganar siempre. Pero en esta larga reconstrucción a la que se enfrenta el club blaugrana, ir sumando títulos resulta absolutamente imprescindible. Sin excusas: la Liga y la Copa son ahora los objetivos.