El descrédito del nuevo Balón de Oro

Iniesta no recibió ni un voto

Iniesta no recibió ni un voto / sport

L. Miguelsanz

L. Miguelsanz

El mundo del fútbol se tomó con cierto pitorreo el resultado final del Balón de Oro. Ya no por concedérselo a Cristiano Ronaldo, algo discutible por el juego y no por títulos, sino por los grandes olvidados de un certamen que perdió todo el glamour tras la salida de la FIFA en la organización. Los resultados finales tuvieron tintes alucinógenos culminados con el despropósito de colocar a Neymar como quinto mejor futbolista del año 2016 y dejando sin un solo voto a Iniesta, jugador que ha merecido en más de una ocasión este galardón pero que siempre se le ha negado. Un fraude moral en toda regla que puede tener serias consecuencias para los organizadores en el futuro.

El Balón de Oro, con el formato que se presentó ayer, puede ir camino de la desaparición o, lo que es peor, del descrédito y la mofa. Nadie duda que se votó lo que se votó y que los resultados finales responden al criterio de más de un centenar de periodistas deportivos con gustos, filias y fobias. Pero este reinventado trofeo, que competirá con la riqueza del The Best de la FIFA, solo podrá luchar en el futuro si se percibe en él cierta rigurosidad, honestidad y credibilidad, algo que no quedó patente en la lista de ayer.

Que Pepe vaya por delante de Modric ya hasta solivianta a los madridistas, que Busquets no vaya ni nominado, que Iniesta no aparezca con un triste voto mientras Rui Patricio tenga varios suena a choteo. Por muchos títulos que contabilicen. Nadie en su sano juicio puede tomarse esto en serio. Y ya sin entrar sobre si Cristiano merecía o no el galardón. Viendo el despropósito, Messi sin duda puede estar satisfecho de no haber liderado este circo. Si esto sigue así, y con las burlas de varios jugadores en las redes al propio premio, hasta los mejores decidirán autodescartarse. La fiesta se tornó en una surrealista decepción.